Por mucho que, como bien saben la Dirección General de Tráfico, hoy en día son muchos los jóvenes que no optan por tener como una de sus prioridades al cumplir los 18 años sacarse el carnet de conducir, siguen siendo la inmensa mayoría de españoles los que, tarde o temprano, acaban obteniendo de este permiso para poder conducir un coche.

Entre otras cosas porque, más allá de que evidentemente poder conducir un coche aporta un grado más de libertad a la hora de moverse por nuestra geografía, el hecho de tener el carnet de conducir abre también muchas puertas laborales, algo que siempre es positivo.

En este sentido, si bien es cierto que en los últimos años se han incorporado muchas nuevas normativas en referente al tráfico, al final del proceso para sacarse el carnet de conducir sigue siendo el mismo que hace ya muchas décadas: enfrentarse primero a un examen teórico y, una vez este ya se ha aprobado, enfrentarse a un examen práctico.

Bruselas advierte a la DGT

La parte positiva en este caso es que, si bien es cierto que no es un proceso precisamente muy rápido ni tampoco precisamente muy barato, una vez ya hemos aprobado tanto el examen teórico como el práctico podremos tener el examen de conducir para el resto de nuestra vida.

Eso sí, como es lógico, hay que renovar el carnet cada cierto tiempo, entre otras cosas porque para poder renovarlo deberemos someternos a una prueba médica que evaluará si seguiremos siendo apto solo para conducir y, en el caso de que no lo seamos, se nos retiran el carnet para no ser un problema en la carretera.

Lo curioso en este caso es que ahora ha sido la unión europea a la que le ha dejado muy claro a la Dirección General de Tráfico que se está equivocando en cuanto a los periodos de validación del carnet de conducir. No es que sea ningún secreto que nuestro país es obligatorio renovar el carné cada 10 años, pero desde Bruselas ya han advertido a la DGT que la normativa apunta que ese proceso de renovación debe realizarse cada 15 años y no cada 10, por lo que no sería extraño que la DGT optará por seguir las recomendaciones del organismo europeo en este sentido.

Algo que, evidentemente, será aplaudido por todos los conductores en nuestro país, entre otras cosas porque, como suele ser habitual en estos casos, cada proceso de renovación implica un gasto económico.