Por mucho que el principal objetivo de la Dirección General de Tráfico sea el de aumentar cada vez más la seguridad en las carreteras y en los núcleos de población, cabe también tener en cuenta que la DGT ha impulsado en los últimos años diferentes medidas también para intentar ir poco a poco transformando el parque móvil español en un parque móvil mucho más respetuoso con el medio ambiente.

La medida más conocida en este sentido es el sistema de clasificación de los coches por su grado de contaminación a través de diferentes etiquetas medioambientales. Un sistema de etiquetado que se compone de cuatro etiquetas. La CERO, puedes lucir los modelos 100 × 100 eléctricos y los modelos con motores híbridos enchufables, la ECO, que la luz en los modelos con motores micro híbridos, híbridos auto recargables y que funcionan también con GLP o GNC y las etiquetas C y B, para modelos de combustión, es decir, modelos con motores de gasolina o diésel sin ningún tipo de hibridación o electrificación.

Si bien es cierto que los modelos más antiguos ya directamente no tienen etiqueta, los que cuentan ahora con la etiqueta B, es decir, los modelos de gasolina matriculados a partir de 2001 o los diésel a partir de 2006, son los que están también en el punto de mira, especialmente en las grandes ciudades, donde se aplica la normativa de las zonas de bajas emisiones.

El futuro de los coches con etiqueta B en Barcelona

Este tipo de zonas están pensadas para que los modelos más contaminantes no pueden circular por ellas, aunque cabe destacar que, al menos de momento, la inmensa mayoría de los coches a excepción de los más contaminantes sí que pueden seguir circulando por ellas.

Eso sí, como bien saben muchos de los que tienen un modelo con la etiqueta B, es probable que a partir de 2024 este tipo de coches con esta etiqueta no puede circular por estas zonas de bajas emisiones al menos en la capital catalana, en Barcelona.

De momento no se sabe si acabará por concretarse o no esta medida, pero no sería de extrañar que, teniendo en cuenta que el plan es que estas mismas restricciones llegan en 2030 para los modelos con etiqueta C, los de etiqueta B vieran cómo en apenas unos meses tendrán restringida su libertad en algunas zonas muy concretas de Barcelona.