Como bien saben en Tesla, el futuro de la industria de la automoción pasa si o si por los coches eléctricos. Al menos esa es la teoría. Y es que, entre otras cosas, en Europa no se podrán vender modelos como otros de combustión a partir de 2035, una fecha marcada en el calendario de todas y cada una de las marcas que tiene un peso en el viejo continente y que puede ser el verdadero punto de inflexión de la industria.

Una industria que no pasa precisamente por su mejor momento. Entre otras cosas porque, como bien saben los que están interesados en hacerse con un modelo, ya sea un coche low-cost, generalista o premium, los precios han subido de forma más que clara y evidente en los últimos tiempos.

 

Una subida de precios que se une a la crisis de stock en los concesionarios provocada por el desabastecimiento global de microchips y conductores, que a su vez se ha sumado al incremento de los costes de las materias primas, entre ellas la energía.

Pero el problema en el caso de los eléctricos es que, más allá de que ya de por sí sean modelos mucho más caros que los modelos de gasolina o híbridos, y que por lo tanto vayan dirigidos a un público con un mayor poder adquisitivo, el hecho de que el precio de la electricidad esté creciendo de forma alarmante los últimos tiempos está provocando que sean muchos los expertos en el sector los que avisen de un posible colapso en sus ventas.

El aumento del precio de la electricidad pone en peligro a los eléctricos

Si bien es cierto que hoy en día los eléctricos van dirigidos a un público con un cierto poder adquisitivo, la idea de todas y cada una de las marcas es, al final, tener modelos con este tipo de motores a precios muy populares.

El problema, como bien saben en Tesla así como en el resto de fabricantes que están apostando por este tipo de modelos, es que con el aumento del precio de la electricidad, cada vez son más los que se están echando atrás a la hora de comprar un modelo 100 × 100 eléctrico. Especialmente en nuestro país, teniendo en cuenta además que es uno de los países con peor infraestructura de cargadores para los eléctricos.

 

No ha sido otro que el fundador del Centro de Gestión Automotriz, Stefan Bratzel, el que ha dejado clara su postura en este sentido: “Si los coches eléctricos se vuelven más caros de usar, el auge de la movilidad eléctrica corre peligro de colapsar, porque casi nadie va a comprar un automóvil eléctrico. Los coches eléctricos están perdiendo su encanto”. Un peligro que cada vez parece más real.