Alfa Romeo empezó hace muy poco una nueva etapa. Y lo hizo concretamente el día en el que presentó su nuevo Tonale, el primer modelo de la marca una vez ésta ya forma parte de Stellantis.

Los italianos estuvieron muy cerca de desaparecer, pero la entrada en juego de este gigante del automovilismo le ha dado una segunda vida a Alfa Romeo. Una marca que siempre ha destacado por tener, entre muchas otras cosas, modelos muy deportivos y elegantes.

De hecho, el espíritu de la marca no es otro que ese, el de diseñar y fabricar modelos que atraigan tanto por su elegante diseño, sea cual sea su carrocería, como por sus motores deportivos.

Y dos muy buenos ejemplos de ello son, de hecho, los dos últimos modelos de la época Alfa Romeo pre-Stellantis, el Stelvio y el Giulia. Dos modelos que, si bien es cierto que hace ya unos años que salieron al mercado, antes de que la marca fuera absorbida por Stellantis, siguen estando a la venta.

 

Y lo hacen con varias versiones, siendo sus respectivas Quadrifoglio las mas deportivas de todas. Versiones que, más allá de contar con un diseño aún más atractivo en su exterior y en su interior, cuenta con un pequeño secreto que pocos saben: un motor Ferrari debajo del capó.

Los Alfa Romeo Stelvio y Giulia en sus versiones Quadrifoglio tienen motores Ferrari

No es que sea muy común que Ferrari, una de las marcas de lujo con mayor prestigio a nivel mundial, opte por ceder sus motores a otras marcas. Sin embargo, hay excepciones, y estos Giulia y Stelvio Quadrifoglio son una de ellas.

Dos modelos que, si bien es cierto que no pueden presumir precisamente de ser modelos muy vendidos en los concesionarios de la marca, cuentan con un motor V6 biturbo de 2.9 litros, una mecánica derivada de un V8 de Ferrari. En este caso, este motor, el más potente de la gama, desarrolla 510 CV de potencia y 600 Nm de par máximo, lo que permite, en este caso al Giulia, un 0 a 100 km/h de 3,9 segundos y una velocidad máxima de 307 km/h. Cifras que, desde luego, son más propias de un Ferrari que de un Alfa Romeo.

 

Eso sí, no son éstos los únicos dos modelos que han tenido el honor de poder montar debajo de sus capós mecánicas tan deseadas como las de la marca italiana. A lo lago de los últimos años han sido varios los modelos que han tenido también esa suerte, modelos que, eso sí, pertenecían a marca cercanas a los de Maranello.

Un buen ejemplo de ello es el Maserati Gran Turismo, lanzado en 2007 con un F136 V8 de 4.2 litros, con 405 CV de potencia y 460 Nm de par máximo diseñado por Ferrari. Años antes, fue Lancia la que disfrutó en su Stratos de un Dino V6 de 2.4 litros que desarrollaba 190 CV de potencia y 226 Nm de par en la versión de calle.