A diferencia de lo que ocurría hacía que no se los años, cuando el precio de la gasolina y el diésel era estable, hoy en día el hecho de que los precios de los combustibles se hayan disparado está provocando que sean cada vez más los conductores que intenten ahorrar todo lo posible en cuanto al gasto de combustible. No es casualidad entonces qué opciones mecánicas como los motores híbridos auto recargables, motores que acaban teniendo un consumo mucho menor que los de combustión tradicional, estén cada vez más asentados en nuestras carreteras.
En cualquier caso, si bien es cierto que hay conductores que no suelen estar muy pendientes, son muchos los que suelen saber perfectamente más o menos cuál es la media de consumo que tiene su coche, que la inmensa mayoría de los casos suele ser una cifra superior a la que asegura el fabricante o a la que apuntan en los concesionarios.
Es que cabe tener en cuenta que, especialmente los modelos de combustión tradicional, es decir, modelos con motores de gasolina o diésel, acaban teniendo un consumo superior si se usan de forma casi exclusiva para moverse por entornos urbanos interurbanos, donde las hacen a ver si las peladas son constantes. Ahí, a diferencia de lo que ocurre cuando se conducía habitualmente por autopistas y carreteras, el consumo acaba siendo mayor.
Algunos motivos que pueden aumentar el consumo del coche
Eso sí, es importante ir viendo cuál es la media de consumo de combustible de nuestro coche porque, si bien es cierto que hay un ocasiones en las que el consumo se dispara, especialmente cuando se hace un uso muy habitual del aire acondicionado o cuando, a diferencia de lo normal, el coche va muy cargado, que de repente el coche empieza a consumir mucho más es síntoma de que algo no funciona bien.
Uno de los motivos por los cuales el consumo se podría haber disparado es porque la bomba de gasolina, el mecanismo que se encarga de introducir la gasolina al motor, no está funcionando correctamente, por lo que la distribución del combustible no es correcta y se acaba gastando más.
Otro motivo relacionado con el primero es un mal funcionamiento de los inyectores de combustible que, en el caso de que estén dañados o no funciona bien, pueden aumentar incluso un 20 % del gasto.
Otro lado, un mal mantenimiento de las pinzas de freno puede provocar que, aunque el conductor no se de cuenta, estas estén a un nivel que siempre se vaya fregando poco a poco el coche, por lo que este necesita un mayor impulso y, a la vez, esto acaba derivando en un mayor gasto.
Por último, si el aceite del motor no está tampoco en correctas condiciones eso puede provocar que la fluidez del motor no sea la adecuada y, por lo tanto, éste acabe necesitando de mayor combustible para funcionar de forma correcta.