Inesperadamente, se ha establecido una correlación entre buen tiempo y bolsa y entre acciones y deuda. Al sumarse la correlación de los astros, el Ibex ha subido en mayor cuantía y velocidad que el Eurostoxx y, hasta media sesión, que el Dow Jones.

La banca ha sido el gran conductor del alza general. Las provisiones necesarias de la banca para hacer frente a las cláusulas suelo ha pasado de una cifra de 4.000 millones de euros hace unos días a cerca de 2.000. Esto que permite prever una campaña de presentación de resultados, que abre mañana el Santander, más favorable y a la que hay que adelantarse para evitar pagar la prima por entrar con retraso. La banca, elemento clave en la economía, ha sufrido en el ejercicio impactos muy duros, como los bajos tipos de interés, que exigían estrategias de reequilibrio. Caixabank, Sabadell, Bankia, BBVA y Santander subieron junto con otros, como ArcelorMittal.

En Europa, la economía de la zona euro ha mostrado signos de fortaleza, con el indicador de actividad en 54,3 puntos (más allá de 50 es expansión), lo que revela, según la creadora de la encuesta Makrit, un sólido crecimiento, producto de la debilidad del euro, que sigue en 1,07 dólares.

Wall Street se ha orientado al alza después de que Trump haya vuelto a reunirse con líderes de Silicon Valley y Apple acepte fabricar en EEUU piezas que hacía en China. Hay un inicio de recomposición de líneas de producción en la economía americana pese al ruido.

A su vez, en deuda, el Tesoro colocó 2,685 millones de euros en letras pagando tipos de interés récord en mínimos. La convergencia se reforzó así entre bolsa y deuda mientras la tarde se alarga frente a la noche.