La muerte del líder del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, ha dejado decapitada la estructura de la organización. La cúpula restante, ya que muchos altos cargos murieron con Prigozhin, han recomendado a los mercenarios que integran sus filas que se busquen otro trabajo después de la muerte de su líder. ¿Puede ser que estemos delante el fin de Wagner?

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"Varias decenas de miles de combatientes plenamente preparados están a punto para trabajar y dispuestos a defender su patria (en Ucrania), pero a causa de circunstancias bien conocidas, por ahora no nos dejan", ha señalado el representante de Wagner en un audio reproducido por el portal Bashnie Istorii. Añade que los wagneritas se ven ahora obligados a buscar trabajo en África y Oriente Medio, pero que "la situación allí tampoco es fácil".

De nuevo, el continente africano en el punto de mira

"Tenemos una dura competencia por parte del Ministerio de Defensa y de la Guardia Nacional que también planean e intentan también acceder (en estas zonas) con actividades análogas a las nuestras", apunta. El portavoz de Wagner explicó que Prigojin abordó este asunto en su último viaje al África, donde varios países mostraron interés en los servicios, aunque estos futuros contratos están en el aire.

"Intentaremos encontrar trabajo para nuestros miembros. Cuándo y cuánto, lo desconocemos. Por eso, esperad o buscad otro trabajo. Seguid de cerca la situación internacional. Si nuestro equipo recibe permiso para volver a la zona de la operación militar especial (en Ucrania), entonces reanudaremos activamente el reclutamiento de hombres. Trabajo habrá", comentó.

Todo se hunde. Tanto es así que algunos expertos consideran que Wagner ya no existe como organización de mercenarios, más todavía cuando Putin firmó un decreto para que todos los paramilitares y voluntarios juren obligatoriamente lealtad a la bandera rusa, aunque otros consideran que todavía representan una amenaza, esté en Ucrania, Bielorrusia o África.

Por otra parte, Prigozhin ha sido enterrado en secreto en una víspera en San Petersburgo. La ceremonia tuvo lugar entre estrictas medidas de seguridad. Según informa EFE, la decisión de celebrar un entierro secreto ha sido tomada por el Kremlin y por el Servicio Federal de Seguridad (FSB).