Kazajistán vive una gran ola de protestas y manifestaciones que se están extendiendo por todo el país. De momento, hay más de 170 muertos y miles de heridos y ya se ha declarado el estado de emergencia por los disturbios. ¿Qué está pasando en esta región?

El origen de las protestas es la subida del precio del gas licuado, el combustible más utilizado en el país. El Estado aprobó una nueva ley para dejar de controlarlo con el objetivo de garantizar el suministro y la regulación del precio pasó a depender del libre mercado. Eso provocó que se doblara su coste y se empezaron a producir varias protestas en el sur del territorio.

Pero más allá de esta cuestión y una vez los precios ya han ido a la baja, los disturbios han cogido una nueva dimensión: se han convertido en un clamor contra la clase política dictatorial y corrupta que hace décadas que gobierna el país. El presidente Kassym-Jomart Tkáyev, con un tono muy poco conciliador, ha asegurado que se mantendrá firme y ha anunciado que ordenará a las fuerzas de seguridad que actúen con una mayor contundencia. Además, ha interrumpido la conexión en Internet de toda la población y las comunicaciones con el exterior.

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La figura de Nazabàiev, clave para entender el conflicto

En todo eso hay un personaje clave para entender las protestas y el problema de trasfondo, la del expresidente Nursultan Nazabàiev. Como la constitución del país no permite que un presidente pueda ser reelegido más de dos veces, Nazabàiev trabaja ahora desde la sombra. Es el jefe del Consejo de Seguridad Nacional y se le acusa de ser el verdadero presidente de la nación y de utilizar Tkáyev como testaferro.

Tanto es su afán autoritario que, por ejemplo, ha creado billetes con su rostro, ha cambiado el nombre de la capital del país para poner el suyo (de Astana a Nur-Sultán) y ha erigido varias estatuas de su figura por todo el territorio. Es por eso que las protestas se centran ahora en lo que él representa: una clase política corrupta y dictatorial que recorta constantemente las libertades de los ciudadanos.

¿Qué papel juega Rusia?

Kazajistán es un exmiembro de la antigua URSS y como tal mantiene estrechas relaciones con Rusia. El país es la principal fuente de importaciones y de producción, por lo cual mantienen con Putin una grande en alianza tácita que se remonta a los tiempos de la extinta Unión Soviética a pesar de las grandes críticas de la oposición.

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Y es que Kazajistán cuenta con una muy buena posición geoestratégica, ya que dispone de enormes reservas de metales y petróleo. Es un país miembro del OPEP, asociación de exportadores de petróleo y, por lo tanto, disfruta de grandes alianzas con países como China o Rusia, que son sus principales clientes. Un hecho que le ha comportado grandes tensiones con Occidente.

La intervención del ejército ruso

Aunque Putin había prometido no militarizar el país en esta crisis para evitar una situación similar a las vividas en Ucrania o Bielorrusia, finalmente no ha estado así. Después de que el gobierno kazako haya pedido ayuda al Kremlin, Moscú ha enviado tropas.

En este sentido, el embajador ruso en Kazajistán, Alexei Borodavkin, ha advertido que "a quién intente mordernos a nosotros o a nuestros amigos, se quedará sin dientes". Toda una declaración de intenciones que hace que sea muy necesaria una intervención de la comunidad internacional.