Mano dura contra los ataques a los derechos humanos. Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea han aprobado un nuevo marco legal para impulsar una quinta ronda de sanciones contra Bielorrusia por la "instrumentalización" de personas migradas en la frontera europea impulsada por Aleksandr Lukashenko. Algo que desde Bruselas han considerado y definido como un "ataque híbrido". De esta manera, la unión ahora podrá sancionar "individuos y entidades que organicen o contribuyan a actividades del régimen de Lukashenko que faciliten el hecho de cruzar ilegalmente de las fronteras exteriores de la UE".

En la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores se ha enmendado el régimen de sanciones para "responder a la instrumentalización de seres humanos llevada a cabo por el régimen bielorruso con finalidades políticas, ante la situación en las fronteras de la UE". Una enmienda que amplía los criterios por los cuales se pueden incluir personas o entidades en la lista de sanciones.

Las sanciones no se acaban

"La decisión de hoy refleja la determinación de la Unión Europea de hacer frente a la instrumentalización de los migrantes con finalidades políticas. Estamos rehusando esta práctica inhumana e ilegal. Al mismo tiempo, seguimos subrayando la inaceptable represión por parte del régimen contra su propia población en el país, y responderemos en consecuencia", ha declarado el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.

Después de las últimas elecciones bielorrusas, donde volvió a ganar Lukashenko y que la UE tildó de fraude, el bloque comunitario impuso diferentes sanciones a quienes obstaculizaban el retorno a la orden institucional o que hubieran participado en la represión de las protestas ciudadanas. Así, hasta ahora, la UE ha impuesto sanciones a 166 individuos y quince entidades relacionadas con la crisis bielorrusa, entre los cuales encontramos el mismo Lukashenko y su hijo Viktor, el actual asesor de Seguridad Nacional del país.

Un pasaje seguro para las personas

Las sanciones han consistido hasta el momento en prohibiciones a la hora de viajar a territorio comunitario, de esta manera como la congelación de los activos que tengan dentro de la UE. Además, los 27 acordaron en junio prohibir que los aviones de las compañías aéreas bielorrusas sobrevuelen el espacio aéreo comunitario ni que puedan acceder a los aeropuertos. Y es que el régimen de Lukashenko promueve vuelos desde el Oriente Medio hasta Minsk (capital del país) para llevar a los pasajeros hasta las fronteras con Lituania, Polonia o Letonia. Ahora, la UE ha decidido dar un paso más para acabar con esta práctica que instrumentaliza a las personas migradas.

Los líderes europeos ya avisaron durante el mes de octubre de que no aceptarían "intentos de terceros países instrumentalizar migrantes con finalizados políticas". Hoy, el ministro lituano de Exteriores, Gabrielius Landsbergis, ha ido más allá: ha pedido hacer del aeropuerto de Minsk una "zona de exclusión aérea". "Tenemos que asegurarnos que ningún avión que pueda potencialmente llevar personas con la intención de migrar, de atravesar la frontera ilegalmente, pueda aterrizar en Minsk o en cualquier otro aeropuerto bielorruso", ha explicado. Además, es "crucial" encontrar una manera segura para que las personas que ya están en Bielorrusia puedan volver a su casa.

 

Imagen principal: El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell / ACN