El Servicio Exterior de Acción Europea (SEAE) ha enviado hoy un comunicado exigiendo la libertad para las personas que se manifestaron ayer domingo en varias ciudades de todo el territorio ruso y fueron detenidas. Entre los manifestantes que están privados de libertad se encuentra el activista opositor Alexey Navalny, famoso por su blog en contra del Gobierno de Putin y por su formación opositora, el Partido del Progreso.

En la nota enviada hoy, el área de la Unión Europea que gestiona las relaciones europeas con el exterior, pide que el Kremlin sea consecuente con lo que ya ha prometido en más de una ocasión y los elementos recogidos en su propia Constitución: respetar los derechos humanos, la libertad de expresión y el derecho a la libre asamblea. Rusia, que forma parte del Consejo Europeo y de la OSCE, también ha prometido ante estos organismos ir en la misma línea.

Una espina para Putin

Las manifestaciones fueron convocadas en unas 80 ciudades del país por el mismo líder opositor detenido después de que su Fundación por la Lucha Anticorrupción hiciera difusión de un informe según el cual el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, acumula yates, mansiones y extensiones de terreno. Sólo en la concentración de Moscú se reunieron entre 7.000 y 8.000 manifestantes, de los cuales fueron detenidas entre 700 y 800 personas.

Navalny fue detenido en la capital del país y se enfrenta a una multa de 20.000 rublos, que serían cerca de 300 euros. También le pueden caer hasta 100 horas de trabajos en beneficio de la comunidad. Se le acusa de "organización de una presencia masiva en lugares públicos que causó violación del orden público". Este hecho también puede causarle 15 días de arresto administrativo.

El líder opositor ya fue descrito el año 2012 por el diario Wall Street Journal como el peor enemigo de Putin. Poco después de hacerse popular y, por lo tanto, peligroso para los intereses del Kremlin, fue acusado de malversación, en un caso reabierto de años atrás.

Con la pena de cinco años de prisión que le cayeron este mes de febrero, no llegará a ingresar debido a que el tribunal se ha declarado en "suspenso", pero lo elimina de la lucha en las elecciones de 2018. En estas ocasiones, la entrada en la prisión resulta ser sólo administrativa y no tiene otros efectos. Así y todo, la Constitución rusa prohíbe la candidatura de alguien a quien le recaiga una pena penitenciaria.

El año 2013 quedó segundo en las elecciones en el Ayuntamiento de Moscú con un 27% de los votos.