La Comisión Europea (CE) ha anunciado el inicio de un procedimiento legal contra el Reino Unido por infringir el protocolo que gobierna la frontera entre la república de Irlanda e Irlanda del Norte en el acuerdo de Brexit.

Según Bruselas, la decisión de que anunció Londres el pasado 3 de marzo de aplazar la aplicación de controles aduaneros en las mercancías que llegan por la región de Ulster hasta octubre, supone una infracción del derecho internacional.

Carga legal contra Westminster


En una carta de emplazamiento que marca el principio de un procedimiento de infracción oficial con la UE, Maros Sefcovic, encargado del seguimiento del Brexit, se ha dirigido al ministro británico David Frost, pidiéndole que "rectifique y se abstenga de poner en práctica" las medidas decididas unilateralmente, ya que no sólo contradicen el acuerdo, sino que suponen "una violación del deber de buena fe" del acuerdo internacional.

 

Además, Sefcovic ha trasladado su confianza en poder resolver el cumplimiento del acuerdo "sin recurrir a otras vías legales"," e insta en el Reino Unido a rectificar antes de final de este mes de marzo. De esta manera, a sólo 15 días para que se agote el "periodo de gracia" acordado a fin de que Irlanda del Norte se adapte al Brexit, la UE lanza un ultimátum a Londres, quien quiere evitar tensiones en la isla irlandesa.

A partir de este lunes, el Reino Unido tiene un mes para responder a la carta de Bruselas, iniciando el procedimiento de infracción que podría llegar delante del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y culminar con multas contra los británicos.

Tensión en la isla irlandesa

De hecho, el intento de Boris Johnson de no endurecer la frontera de Ulster también pone en peligro el acuerdo de paz de 1998, denominado Acuerdo de Viernes Santo o Acuerdo de Belfast, que puso fin a décadas de violencia en la región y estableció una 'frontera invisible' entre los dos países, sin aduanas ni vigilancia. En aquel momento, el hecho de que los dos países formaran parte de la UE favoreció el proceso de paz, ya que los ciudadanos eran libres de atravesar la frontera y exportar bienes sin restricciones.

Desde la salida del Reino Unido del Brexit, los norirlandeses vuelven a verse divididos entre protestantes a favor del Reino Unido y católicos partidarios de la unificación con la República de Irlanda, ya que los prounionistas no quieren ser tratados de manera diferente el resto de británicos y los prounificación no quieren verse afectados por aduanas con la UE. Según el protocolo irlandés del acuerdo de Brexit, los norirlandeses podrán mantener la frontera invisible, pero seguirán sometidos a controles aduaneros de aquellos productos provenientes del Reino Unido, hecho que ha causado quejas entre mercaderes y una escasez de productos en los supermercados.

El pasado 4 de marzo, después de que Westminster anunciara la decisión unilateral de emplazar el periodo de gracia a un grupo de paramilitares prounionistas se retiraron del Tratado de Belfast en protesta contra esta decisión.

 

Foto principal: David Frost, negiociador jefe del Brexit / Efe