El 1 de agosto, un estallido de violencia en el norte de Etiopía entre una guerrilla local y el gobierno estatales dejó entre fuego cruzado a casi una veintena de turistas, la mayoría catalanes. Los viajeros se quedaron atrapados en este conflicto que los ha obligado a confinarse en su hostal para garantizar su seguridad. La operación para sacarlos de allí empezó ayer, cuando fueron trasladados en helicóptero lejos de la zona conflictiva. Ahora, ya se consideran que están en un lugar seguro, sin embargo, esta odisea todavía tiene algún capítulo más.

🟡 Los turistas catalanes atrapados en Etiopía, evacuados este viernes

En un primer momento, se estudió la posibilidad de hacer la evacuación de los turistas por carretera, concretamente, con un convoy de camiones. Finalmente, este plan se tuvo que descartar, ya que la violencia en la región era demasiado elevada para poder garantizar este trayecto con seguridad. Por eso, finalmente se optó por recurrir a un helicóptero que les permitió ser trasladados a una base militar, según informa al operador de que organizaba el viaje, la agencia Kananga.

El próximo paso de los turistas evacuados ha sido llegar a la capital, Adís Abeba. Una vez en la capital del país, la última fase del plan de evacuación estará a punto de llegar. Se tiene planeado que el lunes cojan un avión que, finalmente, ya los deje volver a casa después de esta pesadilla. Así pues, si no hay ningún imprevisto el próximo día 14 ya estarán de nuevo en Catalunya. La agencia de viajes informa de la evolución en la evacuación y ha agradecido la tarea a la embajada española en Etiopía.

La emoción de marcharse

Noèlia Bertran, la guía del grupo, ha explicado a RAC1 que la evacuación en helicóptero ha sido|estado muy rápida y cargada de emoción. "Ha sido todo muy rápido, hemos ido a las afueras del pueblo, hemos esperado 20 minutos en la base militar y después del viaje han sido unos 20-25 minutos más", ha detallado Bertan.

"La llegada ha sido de carne de gallina. Hemos empezado a aplaudir, gritar de felicidad. Mucha gente ha empezado a llorar", ha explicado la guía. Después de días de tensión a la espera de marcharse por la zona el momento de salir se ha vivido con expectación. Hay que tener en cuenta, que la realidad de estos turistas y su guía los últimos días ha sido el confinamiento en su hostal desde donde podían sentir el intercambio de tiros y otros ruidos del exterior. "Fue una situación de mucho miedo", ha remarcado Noèlia Bertran. Finalmente, están a un paso de volver en casa.