La Casa Blanca trabaja en secreto en diversos escenarios para Venezuela, preparándose para un hipotético futuro sin Nicolás Maduro. Según fuentes del gobierno estadounidense, la administración Trump ha elaborado planes para estabilizar el país y llenar el vacío de poder que dejaría la salida del presidente venezolano, ya sea voluntaria como resultado de una negociación o forzada después de acciones militares u operaciones directas de los Estados Unidos.
Estos planes incluyen opciones que van más allá de la acción militar inmediata. Aunque públicamente Washington asegura que el objetivo del aumento de la presencia militar en el Caribe y de las operaciones contra embarcaciones de drogas es reducir el flujo ilegal hacia EE. UU., la planificación interna muestra que la administración contempla activamente un cambio de régimen. Fuentes internas admiten que todavía no hay una decisión final sobre cómo se ejecutaría esta operación y que hay facciones internas con visiones muy diferentes sobre el papel de las fuerzas militares o acciones encubiertas.
La llamada entre Trump y Maduro
A finales de octubre, Trump habló con Maduro por teléfono, poco antes de que Estados Unidos designara al líder venezolano y a sus colaboradores como miembros de una organización terrorista extranjera. Según un alto funcionario de la Casa Blanca, Trump dio un ultimátum al dictador y dejó claro que continuaría con sus operaciones contra embarcaciones sospechosas. Aun así, el presidente no ha descartado directamente la participación de EE.UU. en un cambio de régimen, y los planes del Consejo de Seguridad Nacional mantienen todas las opciones abiertas.
La oposición venezolana, liderada por María Corina Machado y Edmundo González, también trabaja desde hace años en planes para el “día después”, destaca la CNN. Estos documentos contemplan medidas inmediatas y a corto plazo para garantizar seguridad, estabilidad económica, energía y servicios básicos. Según David Smolansky, asesor de la oposición, elementos de estos planes ya se han compartido con la administración Trump, aunque queda claro hasta qué punto se han integrado.
Especialistas en política internacional valoran positivamente esta planificación previa. Mark Cancian, asesor del Center for Strategic and International Studies, recuerda que la falta de planes claros después de una intervención puede ser desastrosa, como ocurrió en Irak en 2003. También subraya que la planificación puede limitar la capacidad de Trump de retirarse de una posible operación de cambio de régimen.
Venezuela: el "día después"
Uno de los grandes retos será cómo apoyar la gobernanza del país después de más de una década de liderazgo de Maduro. El economista Francisco Rodríguez señala, en la CNN, que la legitimación del nuevo gobierno determinará cuándo se podrán levantar sanciones y abrir acceso a recursos económicos. Si Machado y González asumen el poder, el reconocimiento internacional sería inmediato; pero si se forma un gobierno transitorio con miembros del chavismo, la situación será más compleja.
A pesar de las diferencias internas, la administración Trump mantiene comunicación con la oposición venezolana y trabaja en múltiples escenarios para garantizar que, pase lo que pase, los Estados Unidos tengan opciones preparadas para actuar de manera rápida y efectiva. El objetivo, según Smolansky, es reducir la influencia de Cuba, Rusia, Irán y China en un país que consideran “centro de estos actores externos en el hemisferio”.