El presidente de EE.UU., Donald Trump, reactiva este sábado su campaña electoral con un polémico mitin en Tulsa (Oklahoma) que contradice las recomendaciones de su Gobierno para contener la Covid-19, y en un contexto que le ha merecido nuevas acusaciones de racismo en plena ola de protestas en el país.

En un clima de fuerte tensión, Tulsa se prepara para acoger el mayor acto multitudinario en un espacio cerrado de EE.UU. desde que comenzó la pandemia: un mitin en un estadio con capacidad para 19.000 personas que la campaña de Trump planea llenar por completo.

"Ya se están formando largas filas y multitudes en Tulsa. Mi campaña no ha empezado todavía. ¡Empieza la noche del sábado en Oklahoma!", escribió Trump este viernes en su cuenta de Twitter.

Mientras el mandatario empleaba ese tono festivo, el diario local "Tulsa World" comparaba con un "ciclón" los sucesos que se avecinan en la ciudad, donde las tensiones raciales se han mezclado con los temores de que el mitin de Trump empeore la situación sanitaria en un estado que está en pleno pico de contagios de Covid-19.

La campaña de Trump asegura que ha recibido un millón de solicitudes para asistir al acto, y planea llenar al máximo el estadio de baloncesto donde se celebrará, llamado BOK Center.

Comprometerse a no demandar si hay contagio

Ese mitin en un espacio cerrado contradice las recomendaciones de los expertos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC), que piden evitar grandes reuniones en persona donde sea difícil mantener al menos dos metros de separación y haya participantes que llegan desde fuera de la localidad.

Sin embargo, la campaña insiste en que esas directrices son "opcionales" y, aunque planea tomar la temperatura a los asistentes y repartirles mascarillas, no les obligará a ponérselas. Además, para acudir al mitin es necesario comprometerse a no demandar al equipo electoral de Trump si uno contrae la Covid-19 en el acto.

Según el diario The New York Times, la campaña programó el mitin en Oklahoma -un estado conservador que no es clave en las elecciones de noviembre- precisamente por su rápido ritmo de reapertura y sus pocas muertes por coronavirus, pero el acto llega en pleno repunte de los contagios, con un récord de 450 nuevos casos este jueves.

Miedo a una "superexpansión"

La preocupación de que el mitin resulte en un deterioro de la situación sanitaria llevó esta semana a un grupo de residentes y empresarios del barrio afroamericano de Greenwood, situado muy cerca del BOK Center, a demandar esta semana a los gestores del estadio, con el objetivo de evitar la celebración de ese acto multitudinario.

No obstante, el Tribunal Supremo de Oklahoma desestimó este viernes la demanda, lo que allana el camino para la celebración de un mitin que congregará a decenas de miles de personas durante al menos cinco horas -las puertas del estadio se abren mucho antes del discurso de Trump- en un espacio cubierto.

"Estamos en medio de una pandemia", recordó esta semana el director del Departamento de Salud de Tulsa, Bruce Dart, al advertir en una rueda de prensa de que el mitin puede provocar una "superexpansión" del coronavirus en la ciudad.