Beirut ha vivido este martes una brutal explosión por la combustión de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto que ha arrasado la capital libanesa dejando más de cien muertos -todavía sin datos oficiales- y miles de heridos en un momento en el cual el país sufre una de las peores crisis desde 1990. El martes, una explosión de grandes proporciones en el puerto de Beirut ha causado al menos 100 muertos y 4.000 heridos, según han explicado fuentes no oficiales del Ministerio de Salud. El primer ministro libanés, Hasan Diab, reveló en una reunión con el presidente de la República, Michel Aoun, que un cargamento de nitrato de amonio de 2.750 toneladas sin custodiar fue la causa de la explosión. Todo parece que era un depósito de material explosivo confiscado por las autoridades.

Por su parte, el presidente Donald Trump ha expresado que los generales militares de los Estados Unidos le han dicho que la explosión masiva podría haber sido un "ataque terrible" causado por una bomba. Al ser preguntado por qué hablaba de ataque, el presidente respondía que se había reunido con generales que le habrían dicho que podría tratarse de un ataque o que podría haber sido "algún tipo de bomba".

Trump ha ofrecido el pésame a las víctimas y ha dicho que los EE.UU. estaban preparados para ayudar al Líbano.

Por ahora, el gobierno británico ha preferido no mojarse. Preguntado sobre las especulaciones sobre las causas de la explosión, el ministro británico de educación, Nick Gibb, ha expresado que "las autoridades libanesas están investigando la causa y antes de tener los resultados de la investigación, es prematuro especular".