El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha alimentado la espiral de tensión política y social que sacude al país con unas declaraciones cargadas de confrontación y amenaza. Este jueves, el magnate republicano ha acusado a la "izquierda radical" de estar detrás del tiroteo que tuvo lugar el día antes en un centro de detención del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en Dallas, donde al menos dos personas perdieron la vida. El autor de los hechos fue encontrado muerto, presuntamente por suicidio, antes de que las fuerzas de seguridad pudieran intervenir. "Más vale que no les provoquen", ha advertido Trump, señalando que "pasan cosas malas cuando se juega a estos juegos" y subrayando que "la derecha es mucho más dura que la izquierda". Además, ha descalificado a los que considera responsables ideológicos del ataque, tildándolos de "personas con muy bajo coeficiente intelectual" y "fuera de control". Sus palabras llegan en un momento de máxima polarización política en Estados Unidos; el presunto autor del tiroteo del miércoles llevaba balas con frases como "anti-ICE".
Trump: Bad things happen when they play these games. I'll give you a little clue, the right is a lot tougher than the left, but the right is not doing this. And they better not get them energized because it won't be good for the left. pic.twitter.com/zJ3XNGxS9g
— Acyn (@Acyn) September 25, 2025
Desde el Despacho Oval y en presencia del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que se encontraba en Washington después de intervenir en la Asamblea General de la ONU, Trump ha continuado con su discurso beligerante y ha insistido en exonerar completamente a su base ideológica. "La derecha no está haciendo eso, no lo están haciendo", ha reiterado el presidente norteamericano, refiriéndose a los episodios de violencia política como el tiroteo de Dallas. A pesar de proclamar que no desea que pase nada grave, el magnate ha advertido que si la situación continúa, las consecuencias podrían ser graves para la izquierda: "Más vale que no les provoquen porque no será bueno para la izquierda (...) Llegará un punto en que la gente no lo soportará más y eso no será bueno para la izquierda radical", ha vaticinado. A pesar de sus críticas, ha querido matizar su papel institucional: "Soy el presidente de todo el país".
El giro beligerante de Trump en contra de la "izquierda radical" no es nuevo, pero se ha intensificado notablemente desde el asesinato del activista ultraconservador Charlie Kirk, que ha actuado como catalizador de esta escalada verbal. Trump ha responsabilizado directamente a este movimiento ideológico por la muerte de Kirk y ha denunciado que el clima político envenenado por este sector —que, según él, equipara patriotas norteamericanos con nazis y delincuentes— alimenta una espiral de violencia política y terrorismo doméstico. En este mismo contexto, el presidente anunció hace una semana una medida especialmente polémica: la designación del movimiento antifascista como organización terrorista dentro del territorio de Estados Unidos. "Es un desastre enfermo, peligroso y de izquierda radical", afirmó Trump, que se mostró "encantado" de anunciar esta decisión como un mensaje directo a los "patriotas americanos". Una acción que, según él, es necesaria para "restaurar el orden".