Unos 7.000 soldados, buques, bombarderos B-52H, drones y unidades especiales han desembarcado este fin de semana en Ponce, Puerto Rico, en el marco del refuerzo militar más intenso que los Estados Unidos han desplegado en el Caribe en más de tres décadas y en medio del aumento de tensiones con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Según ha informado la agencia Reuters, personal y material bélico ha sido trasladado este sábado desde un buque militar estadounidense hasta instalaciones logísticas ubicadas junto al puerto, preparándose para su posterior reubicación en el Campamento Santiago, epicentro de los ejercicios planificados para los próximos días. Desde que Washington anunció este despliegue el pasado mes de agosto, el Pentágono lo ha ido ampliando en los últimos meses como parte de la estrategia para ejercer presión sobre Venezuela y combatir las redes de narcotráfico en la región.

Según describe Reuters, los soldados bajaron ordenadamente de los vehículos de transporte y formaron filas junto a varios autobuses bajo la supervisión de la Policía Militar. Los efectivos llevaban mochilas y equipamiento personal, desplazándose en un perímetro vigilado, mientras otros grupos descargaban cajas, contenedores y armamento ligero. Sobre el mar también efectuaban maniobras con las embarcaciones LCAC (Landing Craft Air Cushion), que fueron captadas desplazándose frente a la costa de Ponce. Los vehículos ejecutaron estas aproximaciones a tierra a diferentes velocidades y trayectos de ida y vuelta al atardecer.

Operación Lanza del Sur: más de 80 muertos desde agosto

La Administración Trump se encuentra inmersa en una ofensiva contra el narcotráfico en la zona del Caribe y del Pacífico Oriental y continúa expandiendo la operación Lanza del Sur, una campaña que ya ha dejado más de 80 muertos y que está generando un intenso debate sobre posibles violaciones del derecho internacional. Sin ir más lejos, este jueves las fuerzas armadas estadounidenses publicaron un vídeo que mostraba un nuevo ataque contra una lancha supuestamente vinculada al narcotráfico en aguas del Pacífico. Según el Comando Sur, el bombardeo –que causó cuatro muertos– forma parte de las operaciones autorizadas por el secretario de Guerra, Pete Hegseth, quien se encuentra en el punto de mira por haber dado una “directriz verbal” ordenando “matarlos a todos”, en una operación militar en el Caribe que bombardeó una embarcación sospechosa de participar en el narcotráfico, el pasado 2 de septiembre. Las directrices de Hegseth habrían provocado un segundo lanzamiento de misiles destinado a rematar y acabar con los supervivientes.