Estados Unidos ha incrementado de manera significativa la presión sobre Venezuela a través de una combinación de ataques militares, sanciones y advertencias políticas que han encendido todas las alarmas en la región. La Administración de Donald Trump, inmersa en una ofensiva contra el narcotráfico en la zona del Caribe y del Pacífico Oriental, continúa expandiendo la operación Lanza del Sur, una campaña que ya ha dejado más de 80 muertos y que está generando un intenso debate sobre posibles violaciones del derecho internacional.
Este jueves, las fuerzas armadas norteamericanas publicaron un vídeo que mostraba un nuevo ataque contra una lancha supuestamente vinculada al narcotráfico en aguas del Pacífico. Según el Comando Sur, el bombardeo –que causó cuatro muertos– forma parte de las operaciones autorizadas por el secretario de Guerra, Pete Hegseth. Hegseth se encuentra actualmente bajo escrutinio mediático después de que se revelara que en septiembre las fuerzas norteamericanas habrían ordenado rematar a supervivientes de un primer ataque en el Caribe, un episodio que ha desatado denuncias de ejecuciones extrajudiciales.
La polémica ha llegado al Senado de los Estados Unidos, donde el almirante Frank Bradley compareció este mismo jueves en una reunión a puerta cerrada para dar explicaciones ante el comité de fuerzas armadas. Los senadores quieren determinar si las operaciones se ajustan al derecho internacional, ya que los expertos insisten en que un Estado solo puede utilizar la fuerza fuera de su territorio en caso de legítima defensa, eso sí, una situación que, según el marco legal vigente, no se da en este contexto.
En paralelo, Washington ha anunciado una nueva ronda de sanciones dirigidas a figuras consideradas “aliados clave” del grupo criminal Tren de Aragua. Entre las personas sancionadas destaca Jimena Romina Araya Navarro, conocida como Rosita, una figura mediática con millones de seguidores. Según las autoridades norteamericanas, Araya habría ayudado en 2012 al líder criminal Niño Guerrero a escapar de la cárcel.
¿Qué prepara Trump en Venezuela?
Venezuela sigue de cerca la escalada norteamericana, especialmente después de que Trump afirmara esta semana que Estados Unidos se prepara para posibles operaciones terrestres en el país para eliminar objetivos vinculados al narcotráfico. El anuncio ha despertado inquietud en Caracas y en la comunidad internacional, que teme un incremento de la tensión militar.
El presidente Nicolás Maduro reveló el miércoles que él mismo mantuvo una conversación con Trump, descrita como “respetuosa y cordial”. A pesar de este intercambio diplomático, la presión continúa aumentando mientras se acumulan denuncias de derechos humanos. El gobierno de Colombia, por ejemplo, ha presentado un caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a raíz de la posible ejecución extrajudicial de un pescador durante una de las operaciones estadounidenses en el Pacífico.
Con ataques letales, sanciones expansivas y un debate jurídico cada vez más intenso, la campaña Lanza del Sur ha situado a Venezuela, Estados Unidos y toda la región en un escenario de alta tensión. Washington asegura que su prioridad es combatir el narcotráfico; pero para muchos analistas, la estrategia podría estar abriendo la puerta a una crisis diplomática y militar sin precedentes.