El Tribunal de Apelaciones de Nueva York ha anulado este jueves la condena contra el productor de cine Harvey Weinstein por "errores" en el proceso judicial de 2020 que le supuso una condena de 23 años de prisión y que fue un momento clave del movimiento #MeToo contra el acoso y las agresiones sexuales en el mundo del cine y después en el conjunto de la sociedad. La decisión de la corte, sobre el cual no ningún recurso, ha sido aprobada por una escasa mayoría de 4-3 jueces, y se basa en el hecho de que el juez llamó indebidamente a declarar como testigos a varias mujeres que aseguraron haber sido víctimas del productor, cuando las acusaciones que presentaron no formaban parte de los hechos juzgados.

"El remedio a estos errores enormes es un nuevo juicio", señala la decisión, que recoge las opiniones discrepantes de los tres jueces que han votado en contra y presentado dos votos particulares anexos. Weinstein, de 72 años, cumple dos penas de prisión en un penal de Mohawk (estado de Nueva York), una de 23 años y otra de 16, en los dos casos por delitos relacionados con abusos sexuales, por lo que la anulación de hoy no significaría en principio su excarcelación, sino su posible traslado a California para cumplir la segunda sentencia. El New York Times ha afirmado haber contactado con los abogados de Weinstein, quienes no han sabido precisar si él ya se ha enterado del nuevo fallo judicial.

Durante el juicio contra Weinstein prestaron testigo Miriam Haley y Jessica Mann, si bien también testificaron otras tres mujeres ajenas al juicio, pero que denunciaban "malos actos previos" similares. Los fiscales del caso trataron de demostrar con el testigo de estas otras tres mujeres que el famoso productor de cine presentaba un patrón de abuso sexual. De hecho, además de este primer juicio, el febrero de 2023 fue condenado a otros 16 años de prisión por la Justicia de Los Angeles, también por delitos de violación y agresión sexual.

La Fiscalía, en contra

Aquel primer juicio de Weistein, ahora anulado, fue un momento clave del movimiento, primero estadounidense y después mundial, bautizado como #MeToo, y que consistió en testimonios públicos de mujeres que denunciaron haber sido víctimas de abusos sexuales en el mundo del espectáculo y en entornos de trabajo en general. La fiscalía de Manhattan ya ha expresado su disgusto, y en una declaración de su portavoz, Emily Tuttle, ha afirmado el siguiente: "Haremos lo que esté en nuestro poder para volver a juzgar el caso, y nos mantenemos firmes en nuestro compromiso con los supervivientes de las agresiones sexuales".

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