En el día de fiesta nacional, Francia ha vuelto a ser golpeada por el terrorismo. La pasada noche un camión cruzó el paseo marítimo durante más de un quilómetro atropellando a las personas que disfrutaban de la noche de verano con un espectáculo de fuegos artificiales. De momento, según las autoridades francesas, las cifras de muertos se elevan a 84 y habría decenas de heridos. Los testigos supervivientes de la tragedia describen cómo vivieron los hechos.

"Me extrañó que no cortaran el tráfico en el paseo marítimo"

Magali Álvarez es una ciudadana de nacionalidad española residente en Niza desde hace años. Ella y su familia eran muchas de las personas que se habían congregado en el paseo de los Ingleses para ver los fuegos artificiales que cerraban las celebraciones de la Toma de la Bastilla. "Había mucha circulación", recuerda la Magali, extrañada por que no cortaran el tráfico en el paseo marítimo durante el espectáculo pirotécnico. No llegaron a ver el camión, pero "la masa de gente que corría en el mismo sentido" fue suficiente para huir aterrorizada, ya que "no se podían quedar parados". Estos instantes los describe como "ruidosos, caóticos y confusos". Magali y su familia se resguardaron en una casa ajena justo al ver una puerta abierta. Allí vivía una anciana que acogió hasta 15 personas en su piso. A las 3 de la madrugada, después de haber sido conectados los medios de comunicación, volvieron a casa gracias a los taxis que Niza puso a disposición de sus ciudadanos.

"La asistencia de socorro fue tardía"

Pablo contemplaba en la playa, frente al hotel Palais de la Méditerranée, los fuegos artificiales cuando distinguió desde la lejanía un vehículo de grandes dimensiones que avanzaba por el paseo. "Poco después de que el camión atropellara a la gente, se oyeron tiros" hasta que abatieron al kamikaze, afirma Pablo, que no dudó en correr por la arena. Relata que la policía pidió a la todo el mundo que se reunió en la playa que permaneciera allí, "pero la gente asustada prefirió volver hacia sus casas". "Habitualmente suele haber personas con rifles de la gendarmería", asegura Pablo, pero considera que ayer noche "no había tanta policía como la esperada". Además, señala que, aunque vinieron helicópteros y ambulancias, "la asistencia de socorro fue tardía".

"Los camareros envolvían los cadáveres con manteles"

Nuria Gala es una catalana que vive en Marsella y que se había marchado de vacaciones unos días a Niza. A las 22:20 horas, recuerda que acabaron los fuegos artificiales y las orquestas que animaban el ambiente festivo. En dirección al hotel, Nuria y su amiga reanudaron el camino de vuelta por el carril lateral debido a que "había un gentío en la avenida central". De esta manera, ambas observaron como se acercaba un camión que "aceleraba como un loco dando golpes de volante para embestir a la gente". "Un animal desbocado y enloquecido", así expresa lo que presenció Nuria. Automáticamente, carreras para huir. Ellas se refugiaron en el hotel Le Royal, situado muy cerca del hotel Negresco. La histeria se apoderó de la gente y el complejo ofreció sus habitaciones. Desde allí Nuria y su amiga escucharon los tiros, pero desconocían si provenían de la policía o del terrorista. Es cuando oyeron las sirenas que decidieron salir fuera, momento en que comprobaron cómo "los camareros sacaban los manteles de las mesas para envolver a los cadáveres".

"En el aeropuerto de Niza nos evacuaron por una alarma bomba"

Sergi Navarro vive en Niza y al anochecer se dirigió al aeropuerto para ir a buscar a sus amigos. Cerca de las nueve menos cuarto, los presentes en el aeropuerto fueron evacuados "por una alarma bomba" y se cerró la sección de llegadas, aunque añade que finalmente pudo recogerlos. "La ciudad estaba llena de militares patrullando", describe Sergi cuando aparcó con el coche en el paseo de los Ingleses. Él y sus amigos vieron los fuegos artificiales en la playa, desde donde presenciaron un panorama "de estampida". "El camión aceleró en zigzag durante un kilómetro y medio infernal", narra Sergi, que inmediatamente corrió en dirección contraria. Al cabo de cinco minutos oyeron tiros, pero no sabían de quién eran. "Confusión, caos y drama", así define lo vivido las últimas horas. Su casa está muy cerca del paseo y pudieron encerrarse rápidamente. Al encender la televisión, comprobaron consternados la masacre que reflejaba el telediario francés.