La región de Jersón en Ucrania, se ha convertido en la protagonista de la guerra esta semana. Las tropas ucranianas conseguían izar su bandera este viernes en el centro de Jersón después de la retirada de las tropas rusas. "Haga lo que haga Rusia, Ucrania ganará", escribió en Twitter el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba. Simultáneamente, funcionarios, periodistas y blogueros ucranianos empezaron a publicar imágenes de la ciudad de Jersón y otras localidades de la región donde ya ondeaban los colores azul y amarillo. En particular, estas imágenes fueron difundidas en las redes sociales del Parlamento ucraniano. También el departamento de Defensa de Kyiv publicó imágenes con ciudadanos de Jersón recibiendo a los primeros soldados que llevaban en manso la bandera nacional.
En las redes sociales han empezado a circular varios vídeos donde se puede ver los lugares inverosímiles donde los ciudadanos de la ciudad hasta ahora ocupada por Rusia tenían escondidas las banderas de Ucrania. Como en este vídeo donde se ve a una señora sacando una bandera que estaba enterrada bajo una baldosa de la calle.
This is how Kherson locals hid their Ukrainian flags during the Russian occupation 🇺🇦
— Euromaidan Press (@EuromaidanPress) November 13, 2022
📽️ https://t.co/uZ66tp2Yjc pic.twitter.com/H3y4WYEPbl
Jersón, una ciudad minada
El mando militar regional de Jersón ha advertido este domingo que prácticamente toda la ciudad está minada y por este motivo ha pedido cautela a la población ucraniana en sus celebraciones por la retirada de las tropas rusas. "La gente sale a la calle con banderas ucranianas, expresa su alegría y agradecimiento a nuestros soldados. Pero quiero advertirles a todos que el desminado está en marcha y que el enemigo minó casi toda la ciudad", ha afirmado la cabeza regional militar, Jaroslav Yanushevich. Asimismo, ha pedido evitar las aglomeraciones en la ciudad, especialmente en el centro, donde a partir de este lunes empezarán las tareas de desminado.
En su último mensaje a los ciudadanos ucranianos, la noche del sábado al domingo, el presidente Volodímir Zelenski ha informado de que las fuerzas ucranianas han recuperado el control de más de 60 asentamientos en la región de Jersón después de la retirada del ejército ruso. En la misma línea que Yanushevick ha advertido que en el territorio liberado los expertos en desactivación de bombas "tienen mucho trabajo por hacer", además, ha informado de que ya se han retirado casi 2.000 elementos explosivos: minas, cables trampa y municiones sin explotar. El mandatario ucraniano ha indicado que actualmente hay diez grupos de expertos en desactivación de bombas trabajando a la ciudad, la policía y varias unidades de las fuerzas de defensa. Zelenski ha denunciado también que, "antes de huir de Jersón, los rusos destruyeron toda la infraestructura crítica: comunicación, suministro de agua, calefacción, electricidad".
Evacuada la administración prorrusa
Veinticuatro horas después de que el Ministerio de Defensa ruso informara de la completa retirada de sus tropas, la administración instalada por Rusia en el distrito de Kajovka, en la parte de la región de Jersón situada en el margen izquierdo del río Dniéper, ha sido evacuada este domingo, según ha informado su máximo responsable, a Pavel Filipchuk. "Hoy la administración es el objetivo número uno de los ataques terroristas de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Por eso, por orden del gobierno de la región de Jersón, nosotros, como órgano de poder, nos trasladamos a un territorio más seguro, desde donde gestionaremos el distrito," ha afirmado Filipchuk en un vídeo publicado en Telegram.
El jefe de la administración del distrito ha recordado que el gobernador interino de la región de Jersón designado por Moscú, Vladímir Saldo, ha dispuesto la evacuación de la población de una franja de 15 kilómetros de ancho a lo largo de la ribera izquierda del Dniéper. Además, ha indicado que a los evacuados se les garantiza vivienda y alimentación, así como la posibilidad de recibir un subsidio único de 100.000 rublos (unos 1.700 dólares). "Aquellos que no ejercieron este derecho asumen toda la responsabilidad por su bienestar y su vida", ha recalcado Filipchuk, quien ha advertido que la vida de los ciudadanos en la franja de 15 kilómetros es cada vez menos confortable a causa del cierre de los comercios y la reducción de los servicios.