Rápida y expansiva. Así ha estado la cuarta ola de la covid en Sudáfrica, marcada por la variante nueva y dominante: ómicron. El gobierno sudafricano ha informado de que el país ha llegado al pico de contagios de la ola actual y ha abierto la puerta a la esperanza en resto de estados del mundo. ¿Por qué? Por la velocidad con la cual han vivido esta ola, que permite augurar un descenso próximo en los contagios en otros países que están siguiendo los pasos del Estado africano.
"Ha sido sorprendente la velocidad con que la cuarta ola impulsada por ómicron alcanzó el máximo y después disminuyó", ha declarado Fareed Abdullah, del Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica, a The New York Times. "Pico en cuatro semanas y un descenso precipitado en otras dos", especifica a la experta, quien considera que más que una ola ha sido "una inundación relámpago" del virus.
El caso de Sudáfrica no solo da esperanzas por la celeridad con la cual se ha empezado a ver el final de la ola, sino también por el impacto menor de esta. El aumento de muertes durante el periodo ha sido pequeño, "marginal".
Estos precedentes han llevado a varios expertos en extrapolar la situación sudafricana a sus territorios. "Estaremos delante de un enero duro, ya que los casos seguirán aumentando y llegarán a punto máximo, y después caerán rápidamente", dijo Ali Mokdad, un epidemiólogo de la Universidad de Washington que es un antiguo científico de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Los Estados Unidos y los países europeos están siguiendo pasos muy similares en esta nueva ola, así que algunos estados europeos comparten estas perspectivas de futuro.
Récord de contagios
Mientras no se alcanza el pico, los récords de contagios diarios se desmenuzan uno tras el otro en Catalunya. Aparte de récord de contagios, también acabamos el año con la incidencia acumulada disparada, ya friega los 2.000 casos por 100.000 habitantes a 14 días, el riesgo de rebrote con cifras nunca vistas durante dos años de covid, mientras en los hospitales se frenan los nuevos ingresos y hay una situación similar a la de justo hace un año, cuando no había vacunas, pero se registraban 20.000 contagios diarios menos.
Si bien los infectados mayoritariamente son de menor gravedad, al ser tantos irremediablemente hay un volumen de gente que acaba ocupando las camas de los hospitales catalanes. Hay más ingresados en las UCI, pero los hospitales tienen menos pacientes que el 31 de diciembre de 2020, cuando entre en planta y en las UCI había 2.174, mientras que este año son 2.040. En las últimas horas, los ingresos se han frenado respecto de jornadas anteriores: 2 pacientes más en los centros hospitalarios y 2 nuevos ingresos en las de críticos, que elevan el número total de enfermos hasta 1.612 y 428, respectivamente.
Imagen principal: Un sanitario va cubierto con una mascarilla / Efe