Tres décadas después del genocidio de Srebrenica -considerado la peor masacre en Europa desde la Segunda Guerra Mundial-, este pueblo encajonado entre montañas en la República de Srpska (Bosnia-Herzegovina) se erige en un símbolo de la lucha para no olvidar a las víctimas, para unos, y un ejemplo de negacionismo institucional, por parte de los otros. En medio de esta atmósfera, siguen llegando al Centro memorial de Srebrenica los ataúdes con los restos mortales encontrados. Y es que en julio de 1995, entre los días 11 y 22, miembros del Ejército serbobosnio comandados por Ratko Mladić ejecutaron de forma sistemática más de 8.000 bosnios musulmanes, entre ellos muchos niños. El episodio tuvo lugar los últimos meses de la guerra de Bosnia (1992-1995), que dejó a unos 100.000 muertos, y Mladic fue condenado a cadena perpetua por un tribunal de la ONU en el 2017 por crímenes de guerra, incluido el genocidio de Srebrenica. En el aniversario de los 30 años de esta masacre, este viernes, varias movilizaciones en recuerdo de las víctimas recorren el país balcánico, mientras en Serbia este episodio es silenciado.
La mayor masacre en Europa desde la Segunda Guerra Mundial
Aunque desde 1993, Srebrenica tenía estatus de «zona protegida de la ONU» y, por eso, se habían refugiado miles de civiles bosnios musulmanes, el 11 de julio de 1995 las fuerzas serbobosnias irrumpieron en la ciudad, cometiendo el mayor crimen durante la guerra de Bosnia-Herzegovina y culminando una campaña de limpieza étnica contra los bosnios musulmanes. La ciudad estaba protegida por unos 300 cascos azules neerlandeses que no consiguieron ofrecer resistencia ante las fuerzas serbias, que habían concentrado a unos 15.000 soldados en torno al enclave, donde en aquel momento había unas 40.000 personas, muchas desplazadas y refugiadas. Estos cascos azules solicitaron el apoyo aéreo de la OTAN, pero los aviones aliados fueron suspendidos ante la amenaza de los serbobosnios de ejecutar a los neerlandeses capturados. El principal objetivo de las fuerzas serbobosnias durante la guerra, según el Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia, fue crear territorios serbios étnicamente homogéneos en zonas que reclamaban para un ente autónomo, que acabó siendo el actual República Srpska, uno de los dos entes en Bosnia, desde el Acuerdo de Paz de Dayton en 1995.
Las ejecuciones fueron seguimientos de una ocultación sistemática de las pruebas, de manera que los cuerpos a menudo fueron destrozados y trasladados a fosas comunes secundarias y terciarias. En el 2025, continúa la investigación de los restos de más de mil víctimas de la masacre, mientras siguen llegando huesos desde las montañas que rodean la ciudad. Hasta ahora, 54 personas han sido condenadas a penas de prisión por delitos relacionados con el genocidio de Srebrenica. Entre otros, el entonces presidente serbobosnio, Radovan Karadžić, y el comandante del Ejército serbobosnio, Ratko Mladić, fueron condenados a cadena perpetua. El mismo tribunal declaró Serbia culpable de no prevenir el genocidio y de haber violado la obligación de castigar a los autores.

Varias muestras en recuerdo de la masacre de Srebrenica, para que no caiga en el olvido
Para evitar que esta masacre caiga en el olvido, más de 6.000 personas emprendieron desde el martes una caminata de tres días en honor a las víctimas desde la localidad bosnia de Nezuk (en el nordeste del país). Además de supervivientes de la matanza, han participado miembros de varios grupos de la sociedad civil, tanto locales como extranjeros, representantes de varias asociaciones y muchos jóvenes, según informa la emisora local N1. La marcha, en sentido inverso al recorrido que hicieron muchos bosnios en su intento de huir de la brutal persecución, ha recorrido a pie más de un centenar de kilómetros a través de zonas montañosas y boscosas, hasta llegar este jueves al cementerio de Potocari, ubicado en el noroeste del enclave de Srebrenica.
También se han dado muestras de apoyo desde fuera de Bosnia. Concretamente, el Parlamento Europeo pidió el lunes pasado que crímenes como este no se repitan. La presidenta del Parlamento, Roberta Metsola, durante la conmemoración de los treinta años del episodio a la sesión plenaria en Estrasburgo, señaló que "detrás de cada número hay una persona". Durante el debate posterior, varios eurodiputados, como el popular Ondřej Kolář y el socialista Matjaž Nemec, remarcaron que este aniversario tiene que servir para que situaciones así "no vuelvan a pasar".

Serbios y serbobosnios siguen negando el genocidio y glorificando a los criminales
A pesar de estas muestras de apoyo a la memoria democrática, la negación del genocidio y la glorificación de los criminales de guerra persisten por parte de las autoridades de la República Srpska y de Serbia. De hecho, el actual Alto Representante Internacional, Christian Schmidt, quien es el encargado de garantizar del acuerdo de paz entre las dos entidades que forman Bosnia-Herzegovina, acusó en recientes informes enviados en la ONU a las autoridades serbobosnias -que no lo reconocen- de estar dando pasos secesionistas que ponen en peligro el acuerdo de 1995. Más allá de la República de Srpska, donde se concentran hoy la mayoría de los actos y discursos negacionistas del crimen es en la Serbia gobernada por el nacionalpopulista Aleksandar Vučić.
Es allí donde, según el informe del Centro Conmemorativo de Srebrenica, el negacionismo se difunde sobre todo a través de los medios afines en el gobierno. El informe también advierte que la mayoría de los libros escolares serbios y serbobosnios minimizan o directamente ignoran los crímenes de Srebrenica: los hechos suelen describirse como un "enfrentamiento bélico" y se omiten las sentencias de los tribunales internacionales, que fueron los que concluyeron que esta masacre tenía carácter de "genocidio". Es más, en Belgrado, la capital de Serbia, más de un centenar de murales, glorifican la figura de Mladić, que es a menudo presentado como un héroe, y en junio de 2024 aparecieron unas letras pintadas en la plaza de la República, el centro neurálgico de la ciudad, donde se podía leer en inglés The only genocide in the Balkans, was against de Serbs (El único genocidio en los Balcanes, fue contra los serbios).