Rusia ha lanzado nuevos e intensos ataques contra Kiev y diversas regiones del noreste y del sur de Ucrania, coincidiendo con la expectativa generada por la reunión de este domingo entre el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Según las primeras informaciones, los bombardeos han causado al menos cinco heridos en la capital, tal como ha indicado el alcalde, Vitali Klichkó, mientras que en otros puntos del país se han registrado incendios y explosiones. Otros balances posteriores elevan la cifra de víctimas y alertan de daños graves en infraestructuras básicas.
Los ataques, que también han tenido como objetivo instalaciones energéticas, se han llevado a cabo con drones y misiles, incluidos misiles hipersónicos del tipo Kinzhal, según han informado medios ucranianos. En Kiev, una parte importante de la ciudad ha quedado sin electricidad ni calefacción, con miles de edificios residenciales afectados y temperaturas cercanas a los cero grados. Ante la escalada de la violencia, Polonia ha cerrado dos aeropuertos en el noreste del país y ha desplegado aviones militares para controlar su espacio aéreo. Las autoridades polacas han justificado la medida como preventiva ante la intensificación de los ataques rusos en la región.
La guerra marca la agenda antes del encuentro Trump-Zelenski
Los bombardeos llegan en un momento políticamente delicado, marcado por el anuncio de la nueva cita entre Trump y Zelenski, considerado clave para desbloquear las actuales negociaciones de paz. El plan de 20 puntos presentado por el presidente ucraniano la noche de Navidad, sin embargo, ha sido rechazado por Moscú. El Kremlin, bajo el liderazgo de Vladímir Putin, mantiene la exigencia de controlar totalmente la región del Donbás y rechaza la presencia de tropas europeas o norteamericanas en Ucrania como parte de las garantías de seguridad para Kiev.
Zelenski ha anunciado que tiene previsto viajar a Florida para reunirse con Trump este fin de semana, con el objetivo de debatir el borrador del plan de paz, las posibles garantías de seguridad bilaterales por parte de Washington y un acuerdo económico. "El plan de 20 puntos en el que trabajamos está listo en un 90%. Nuestra tarea es garantizar que todo esté preparado al 100%", ha declarado el presidente ucraniano, admitiendo que aún restan abiertos asuntos delicados como las concesiones territoriales que estaría dispuesta a hacer Ucrania.
