Ante la escalada de tensión entre Rusia y Ucrania después del choque entre ambas armadas navales en el mar de Azov el pasado 26 de noviembre, en el que la guardia costera rusa apresó tres buques de la Armada ucraniana, el país presidido por Vladímir Putin ha decidido materializar un nuevo despliegue de misiles en la península de Crimea.

Se trata de una nueva división de misiles antiaéreos S-400, según informó hoy un portavoz militar ruso. "Próximamente el nuevo sistema de misiles entrará en servicio", declaró a la agencia Interfax el coronel Vádim Astáfiev, portavoz de la circunscripción militar Sur. Explicó que la división de misiles S-400 que será emplazada en Crimea ha realizado las primeras prácticas de tiro en un polígono situado en la región de Ástrajan, en el sur del país.

¿Para qué sirven estos nuevos misiles?

Con anterioridad las autoridades rusas habían informado de que tres divisiones de misiles S-400 garantizaban la seguridad del espacio aéreo de la península, anexionada por Rusia en 2014. Los sistemas de misiles S-400 pueden abatir simultáneamente varios objetivos a una distancia de hasta 400 kilómetros y a una altura de hasta 30 kilómetros.

¿Qué pasará tras el enfrentamiento?

El Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) de Rusia acusa a los tres buques de violar sus aguas territoriales cerca de Crimea, de desoír las demandas de los guardacostas rusos de detenerse y de apuntar con sus armas contra las lanchas rusas.

El presidente ruso, Vladímir Putin, denunció este martes una "burda violación" del derecho internacional por parte de los barcos ucranianos y aseguró que los guardacostas rusos están dispuestos a "ofrecer explicaciones adicionales" sobre lo ocurrido en la zona del estrecho de Kerch, que une el mar Negro y el de Azov.

En Kiev temen que los marineros puedan ser condenados a varios años de cárcel, ya que el delito es "grave", aunque también aventuran que su suerte dependerá de las consultas "al más alto nivel" que mantengan en un futuro Putin y el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, que podrían optar por un canje.

La posición de Donald Trump 

El incidente del Kerch podría frustrar la anunciada reunión en Buenos Aires, durante la cumbre del G20, entre el presidente ruso y su homólogo estadounidense, Donald Trump. "Quizá no tenga la reunión (con Putin). Quizá ni siquiera tenga la reunión. No me gusta esa agresión (rusa contra Ucrania). No quiero esa agresión en absoluto", dijo Trump en una entrevista publicada ayer por el diario The Washington Post.