El presidente francés, Emmanuel Macron, ha decidido cerrar la mítica escuela de altos funcionarios que creó al general De Gaulle en 1945, después de la Segunda Guerra Mundial, y que durante décadas fue considerada una de las mejores del mundo. ¿Qué le ha sucedido a la ENA, la Escuela Nacional de Administración, que incluso había creado un nombre para los que habían pasado por ella, los enarcas? Pues que es un modelo demasiado rígido para el mundo globalizado y con la rapidez de Internet. El modelo de la ENA estaba demasiado relacionado con la tradición napoleónica, y su falta de agilidad hace perder opciones a Francia.

Macron ha tomado la decisión, que ha representado una convulsión en la política francesa. "Como me comprometí después del debate nacional, la ENA será suprimida. Tenemos que cambiar de forma radical la manera como se recaudan, como se forman, y como se selecciona a nuestra élite administrativa, de dónde se forman las carreras. Se creará el Instituto de Servicio Público (ISP). El ISP formará a todos los alumnos-administrativos del Estado integrando en un frente común a 13 escuelas de servicio público. Estará más abierto al mundo académico y a la investigación, tanto en Francia como internacional. Más abierto a la entrada", señala.

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Macron también ha apuntado a una formación menos estereotipada y menos teórica. "Todo alto funcionario tendrá que pasar sus primeros años sobre el terreno, con contacto con los ciudadanos, con las dificultades diarias. Cuando acaben su paso por el ISP, todos los alumnos se integrarán en un cuerpo único: el de los administradores del Estado. ¡Trabajemos sobre el terreno!", ha insistido. "Lo que haremos es inventar juntos una alta función pública a la altura de los retos de nuestro tiempo. Una alta función pública más cerca del terreno. Una alta función pública a la altura de Francia", ha manifestado.

El presidente ya expresó su voluntad de reformar la ENA, que tiene su sede en Estrasburgo, después de las protestas de los chalecos amarillos que empezaron en el 2018, una de las peores crisis de su mandato. Los enarcas fueron acusados de ser responsables de la densa burocracia francesa, y de no tener agilidad en un tiempo de crisis por la Covid, así como de instalarse en una "burbuja parisina". Macron les ha llegado a definir como el deep state francés.

Muchos políticos franceses han pasado por la ENA, y entre ellos hay Valéry Giscard d'Estaing, Édouard Balladur, Michel Rocard, Jacques Chirac, Lionel Jospin, Jean-François Copé, Dominique de Villepin, François Hollande, Ségolène Royal y el mismo Emmanuel Macron.

Para ver cómo funcionan los enarcas, aunque no es el punto central de las historias frenéticas, podéis seguir la serie política francesa Baron Noir.