El gobierno Reino Unido ha movilizado hoy a doscientos militares del Ejército británico con el fin de hacer frente a la crisis de suministro de gasolina. La falta de camioneros transportistas ha significado que casi un 20% de gasolineras en Londres y en el sur de Inglaterra se encuentren sin combustible.

A pesar de las reticencias del primer ministro británico, Boris Johnson, a admitir que el desabastecimiento viene derivado del Brexit y que la situación es una crisis, finalmente hoy se ha visto obligado a utilizar medidas de urgencia. Así y todo, parece que el suministro de gasolineras y supermercados se podría ver afectado hasta Navidad.

Operación Escalin

Doscientos soldados del Ejército y de la Royal Air Force (fuerzas aéreas británicas), la mitad de ellos conductora, se han desplegado este lunes con el fin de abastecer a las gasolineras en el Sur del país. Aunque se hayan negado a admitir la gravedad de los hechos, el gobierno de Boris Johnson ha mantenido a los soldados en alerta desde la semana pasada. Los efectivos pertenecen al tercer Regimiento de apoyo logístico y han sido formados en la distribución de gasolina por la empresa Hoyers de Thurrock, en el condado inglés de Essex.

La misión de estos soldados es abastecer a las gasolineras más afectadas de Londres y el sur de Inglaterra en la llamada Operación Escalin, que el Ejecutivo británico ya diseñó para afrontar una posible escasez después de la salida del país de la Unión Europea (UE) el 31 de enero de 2020, tal como ha explicado un portavoz del gobierno.

Aunque hayan decidido poner en marcha la Operación Escalin, el portavoz ha señalado que "hay indicios de mejora" en los niveles de combustible de las estaciones de servicio y que, además, "la demanda se sigue estabilizando."

Oferta y demanda

La semana pasada, el Gobierno ya autorizó el uso de camiones cisterna estatales, conducidos por civiles, para colaborar en el suministro de combustible, ya que aunque hay suficientes reservas en las refinerías, este no llega a los surtidores por la falta de transportistas. Y es que esta fue una de las principales motivaciones del Brexit: evitar la entrada de trabajadores migrantes, o, en las palabras de Johnson, la "inmigración descontrolada", y apostar por una política de aislamiento.

En la práctica, sin embargo, parece que los mismos británicos no pueden (o no quieren) ocupar los 100.000 puestos de trabajo necesarios para hacer frente a la crisis en el sector. De hecho, en una de las declaraciones más chaladas del gobierno, el secretario jefe del Tesoro, Simon Clarke, animó a los camioneros retirados a volver a trabajar para cubrir la demanda. Lo que sea con el fin de "controlar la inmigración".

Por otra parte, el viceprimer ministro y titular de Justicia, Dominic Raab, sugirió formar "menores delincuentes" condenados para que conduzcan camiones.

Dejando de lado esta lluvia de ideas, el gobierno se ha visto forzado a conceder 5.000 visados temporales a trabajadores extranjeros para hacer frente a la crisis, que podría afectar al suministro en gasolineras y supermercados hasta Navidad.

 

 

Foto principal: dos soldados del Ejército del Reino Unido son movilizados para hacer frente a la crisis de suministro de gasolina / Europa Press