4 de abril de 2016. Es el día en que el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía entra en vigor. A partir de este lunes empezarán a llegar a Turquía los primeros refugiados deportados desde Grecia. Aquellos que crucen el Mediterráneo y lleguen a las costas griegas, o a otras fronteras de la unión y no cumplan las condiciones para solicitar el asilo, serán devueltos automáticamente a Turquía, donde, según el acuerdo, serán acogidos como refugiados y sufragados con dinero europeo. 

El pistoletazo de salida de este acuerdo, que ha sido muy polémico desde el primer día, llega en un momento especialmente complicado. Varias organizaciones humanitarias, como la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Amnistía Internacional (AI) y numerosas ONG, ya han puesto el grito en el cielo por lo que supondrá este acuerdo, pero además hace pocos días se dio a conocer que Ankara practica devoluciones forzosas en sus fronteras y que no protege a los refugiados.

De hecho, este viernes Amnistía Internacional puso de manifiesto las denunciables actuaciones que Turquía está practicando en sus fronteras. Este organismo internacional explicó que tienen evidencias de que Turquía está devolviendo cerca de un centenar de personas "casi diariamente" hacia Siria desde el mes de enero, obligándoles así a volver a un país en guerra. Según AI, se están arrestando y expulsando a Siria tanto adultos, como mujeres embarazadas y niños.

Turquía también restringe la frontera

Según Amnistía Internacional, Turquía también ha endurecido los requisitos para dejar entrar a personas provenientes de Siria en su territorio. Durante los últimos cinco años de guerra, todas las personas con pasaporte sirio podían cruzar las fronteras regulares y, aquellos que entraban irregularmente, que eran la mayoría, podían registrarse ante las autoridades turcas. 

Durante los últimos meses, Turquía ha introducido requisitos de visado para aquellas personas sirias que lleguen por vía aérea, ha cerrado las fronteras terrestres con Siria para todas las personas excepto aquellas que necesitan atención médica de urgencia, y ha disparado contra aquellos que intentaban entrar al país irregularmente.

¿Cuál es la situación de los refugiados?

Según los datos de ACNUR publicadas este sábado, más de 50.000 refugiados estarían en estos momentos atrapados en Grecia, más del doble de los que puede acoger. En algunos puntos, incluso sobrepasando con creces el número de personas que puede aceptar, hecho que intensifica la crisis humanitaria que vive el país heleno. Los puntos más conflictivos están en la frontera con Macedonia, y especialmente a Idomeni, donde hay más 11.000 personas en unas condiciones infrahumanas.

Durante el primer trimestre del año Grecia ha recibido a más de 150.000 personas, mayoritariamente de Siria, pero también de Afganistán e Irak. En el mismo periodo del año pasado sólo llegaron unos 25.000 refugiados. Sin embargo, en estos primeros meses del año no se ha llegado a las espectaculares cifras del mes de octubre del año pasado, donde sólo en un mes llegaron más de 200.000 personas. Hay que destacar también que la mayoría de los refugiados, un 40%, son niños.

¿Qué dice el acuerdo?

El acuerdo al que llegaron los jefes de estado y de gobierno de los países europeos y el gobierno de Ankara el pasado 18 de marzo, permite expulsar hacia Turquía a toda persona que llegue de forma irregular al territorio comunitario, después de considerar caso por caso, para ver si tienen derecho a tener asilo. 

El mecanismo que la Unión Europa espera poder llevar a cabo a partir de este lunes, es conocido como "el uno por uno". Es decir, por cada sirio que sea deportado a Turquía desde Grecia, el bloque comunitario admitirá un sirio. La Comisión Europea todavía no ha precisado, sin embargo, qué Estados miembros estarían dispuestos a acoger a estos sirios llegados desde Turquía. 

Como contrapartida, la UE dará a Ankara 3.000 millones de euros, y además, se ha comprometido a abrir un nuevo capítulo de negociaciones en el proceso de adhesión de Ankara a la UE, y lo hará en el mes de junio.

Sin embargo, el gobierno turco tendrá que rendir cuentas sobre cómo gastará este dinero y, además, se han puesto el tope de 70.000 deportaciones. Si la cifra de refugiados que llega a Grecia supera este número querrá decir que el mecanismo no funciona y habrá que tomar medidas.

El acuerdo y el derecho internacional

La situación denunciada por Amnistía Internacional, sin embargo, pone de manifiesto que Turquía no es un "país seguro" y que el acuerdo de reubicar refugiados sólo contribuirá a empeorar la situación de los que se marchan de Damasco a causa de la guerra. Es por eso que la organización carga duramente contra el acuerdo entre Bruselas y Ankara y asegura que es "ilegal" ya que se salta las leyes turcas, la legislación europea y el derecho internacional. 

El director por Europa y la Asia Central de Amnistía Internacional, John Dalhuisen, aseguró el viernes que "aplicar este acuerdo es tener un corazón de piedra y un absoluto menosprecio por el derecho internacional". En más, Dalhuisen aseguró que el acuerdo esta "lejos de presionar a Turquía para que mejore la protección que brinda a las personas refugiadas sirias" y que, en realidad, "lo que está haciendo la UE es incentivar lo contrario".