El mercadillo navideño de Berlín que fue atacado el lunes reabrió hoy sus puertas en un intento por recuperar la normalidad y en medio del clima de incertidumbre que rodea un atentado que dejó doce muertos y medio centenar de heridos.

Marcó el retorno a la actividad usual del mercadillo una sencilla ceremonia en la Gedächtniskirche, la emblemática Iglesia evangélica alrededor de la cual se reparten las casetas, sin presencia institucional y presidida por doce velas blancas sobre el altar, una por cada víctima mortal.

Los puestos de Glühwein -vino caliente especiado-, salchichas y demás chucherías estuvieron cerrados hasta que, sobre las 11.30 hora local (10.30 GMT), finalizó el oficio religioso.

Algunos asistentes a la ceremonia salieron del templo con candelas prendidas, que depositaron en los múltiples lugares del mercadillo donde en los días pasados otros ciudadanos o políticos depositaron ya flores, velas y mensajes en recuerdo de las víctimas.

"Juntos contra el odio", se leía en un cartel colgado a pocos metros del lugar donde el camión se detuvo, a unos 80 metros del punto donde había irrumpido dentro de la zona peatonal para arrasar con casetas y visitantes, hasta dejar un rastro de destrucción.

El rechazo al odio y las llamadas a la conciliación eran el denominador común de los mensajes que salpicaban los distintos puntos en que se acumulan las flores y las distintas formas de recuerdo a las víctimas del atentado.