La tensión en el Oriente Medio se ha disparado los últimos meses, desde la guerra de Gaza hasta los ataques hutíes, pasando por los ataques de Irán a Siria y el Iraq. Sin embargo, ¿cómo están todos estos conflictos relacionados? Desde el ataque del 7 de octubre de Hamás, hasta los últimos bombardeos en las zonas kurdas de Siria e Iraq, están relacionados y son los resultados de un delicado efecto dominó en una región del mundo donde convergen muchos intereses geopolíticos y mucha presión militar. Algunos medios internacionales como la CNN apuntan que el Oriente Medio está viviendo la escalada mayor de violencia desde la irrupción del Estado Islámico (EI) la década pasada o el inicio de la invasión estadounidense del Iraq el año 2003.

Después de distinguir los principales tres focos de violencia (Gaza, el Mar Roig e Irán), hay que ir relacionando cada conflicto entre sí. Para empezar, la tensión en el Mar Roig es una extensión de la guerra en Gaza, que justo hace más de 100 días que ha empezado. Los rebeldes chiíes hutíes expusieron que sus ataques al Mar Roig eran una respuesta en solidaridad con el pueblo palestino y advirtieron que atacarían todas aquellas embarcaciones que relacionaran con Israel y sus aliados. Después de varios ataques, los Estados Unidos y el Reino Unido atacaron el Yemen, concretamente los campamentos de estos rebeldes. Si bien la respuesta militar anglosajona buscaba evitar una escalada mayor, los rebeldes hutíes han prometido venganza.

¿Dónde queda Irán en esta serie de conflictos?

Irán es uno de los principales agentes geopolíticos de la región y desde el estallido de la guerra en Gaza ha cargado contra Israel y sus aliados. La República Islámica de Irán es una teocracia chií, es decir, de la misma rama que los rebeldes hutíes. Comparten la misma lectura de la fe islámica, así como la animadversión en el Estado de Israel y sus aliados. Sin embargo, durante los últimos meses se había mantenido relativamente al margen de cualquier estallido violento, hasta que fue el blanco de un ataque terrorista reivindicado por el Estado Islámico.

Es muy posible que más de una persona se sorprendiera delante el hecho de que una organización islamista atacara un estado que se autodenomina República Islámica de Irán. Si bien los dos actores son radicales islamistas, las ramas religiosas y políticas de las cuales nacen los han convertido en enemigos acérrimos. Para empezar, Irán es de vertiente chií, mientras que el EI, suní.

Después de este atentado terrorista que se cobró la vida de decenas de iraníes, el gobierno del país ha respondido con una ofensiva militar fuera de sus fronteras. Concretamente, en las últimas horas, las fuerzas armadas iraníes han bombardeado posiciones kurdas al Iraq y Siria, afirmando que atacan "grupos terroristas anti-Irán" y "espías del régimen sionista (Israel)". Así se acaba de cerrar el círculo que une actual los tres focos de conflictos más vivos actualmente al Oriente Medio.