El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha firmado este martes un proyecto de ley que, según los expertos, debilita la independencia de los organismos anticorrupción de Ucrania. En consecuencia, se han producido protestas masivas en las principales ciudades del país y numerosos actores internacionales han expresado su disconformidad con las acciones de Kiev.
La nueva ley anula de facto la autonomía de la Oficina Nacional Anticorrupción (NABU) y la Fiscalía Especializada Anticorrupción (SAPO), que ahora pasan a depender de la fiscalía general, controlada por el gobierno. Este movimiento socava la autoridad e independencia de ambos órganos, y permite a Zelenski tener bajo su control todos los casos de corrupción. Las críticas no han tardado en llegar, señalando que esta nueva legislación tolera la interferencia política y supone un retroceso importante en la lucha contra la corrupción.
Zelenski, muy cerca de "traicionar la democracia ucraniana"
Después de que se anunciara la firma del proyecto de ley, las convocatorias de protesta se han extendido rápidamente y, por primera vez desde el inicio de la guerra, miles de personas han salido a las calles para expresar su disconformidad con el actual gobierno. Los manifestantes se han dejado ver sobre todo en Kiev, pero también en otras importantes ciudades como Lviv, Dnipró y Odesa, y han exigido al presidente que deshiciera la medida. Sin embargo, en su protocolario discurso nocturno dirigiéndose a la nación, el mandatario ha sacado pecho asegurando que los organismos anticorrupción "seguirán funcionando pero ahora sin ninguna influencia rusa". Esta declaración no ha conseguido otra cosa que aumentar el desconcierto y la insatisfacción de los ciudadanos que seguían protestando en sus respectivas ciudades. Las autoridades del país, que no presenciaban concentraciones tan importantes en la vía pública desde el inicio de la guerra —estas fueron prohibidas por motivos de seguridad—, han optado por no interferir, evitando así un incremento de las tensiones.
"Es la primera vez desde el 2022 que hemos salido a las calles. Sabemos los nombres de los diputados que han votado a favor de este proyecto de ley. No digo que sean corruptos, pero tienen intereses", declaraba un manifestante. "El poder en Ucrania es la gente. No el presidente ni el gobierno. Es terrible que todavía se lo tengamos que recordar", añadía otro. Horas después, el país se ha levantado con portadas como la del Pravda, el principal diario ucraniano, que titulaba: "Ucrania está retrocediendo a la era de Yanukóvich". O la del Kyiv Independent, que aseguraba que Zelenski "se encuentra a una firma de traicionar la democracia ucraniana".
El sueño de adhesión a la UE se aleja
Las reacciones internacionales a la polémica medida aprobada por el jefe del ejecutivo ucraniano no se han hecho esperar. La comisaria de Ampliación de la UE, Marta Kos, se ha mostrado "seriamente preocupada" por la aprobación del proyecto de ley, asegurando que representa un gran obstáculo en el proceso de adhesión de Ucrania a la UE. "El desmantelamiento de las salvaguardias clave que protegen la independencia de NABU es un paso atrás importante", ha asegurado la diplomática a través de su perfil en X. "El Estado de derecho sigue siendo el centro de las negociaciones de adhesión a la UE", ha sentenciado. El futuro de Ucrania como miembro de la Unión depende de los progresos que haga en la lucha contra la corrupción, uno de los requisitos que más tiene en cuenta Bruselas a la hora de valorar la incorporación de nuevos miembros. Además, hay que recordar que, desde el 2022, los países del bloque comunitario han proporcionado a Kiev un importante apoyo militar y económico por valor de miles de millones de euros.
Seriously concerned over today's vote in the Rada. The dismantling of key safeguards protecting NABU's independence is a serious step back.
— Marta Kos (@MartaKosEU) July 22, 2025
Independent bodies like NABU & SAPO, are essential for 🇺🇦's EU path. Rule of Law remains in the very center of EU accession negotiations.
Las reacciones críticas también se han hecho oír este miércoles. El ministro francés de Asuntos Europeos, Benjamin Haddad, ha asegurado que "todavía no es demasiado tarde para que Ucrania revierta su decisión", y ha añadido que su país estará "extremadamente atento al tema". Por otra parte, los embajadores del grupo de naciones que conforman el G7 han dicho que les gustaría discutir la presión sobre NABU y SAPO con las autoridades ucranianas. Se espera que este miércoles por la tarde continúen las movilizaciones, mientras en Turquía se celebra el tercer encuentro entre las delegaciones de Rusia y Ucrania en el marco de las negociaciones de paz. Aunque se descarta la consecución de un alto el fuego —el Kremlin ni lo contempla—, se espera que se llegue como mínimo a un nuevo acuerdo para el intercambio de prisioneros. Mientras los diplomáticos de los dos países se sienten a decidir el futuro del conflicto, la sociedad civil ucraniana seguirá protestando para hacer frente a la parte oscura de su estado: corrupción, nepotismo, abuso de poder e impunidad ante los ataques a la democracia.