El nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, ha realizado su primera visita como mandatario en Escocia, y ha sufrido su primera derrota diplomática en los gestos, que siempre son analizados con lupa. Todo ha sucedido mientras el político inglés era abucheado por unas decenas de escoceses.

Johnson se ha reunido con la primer ministra escocesa, Nicola Sturgeon, que se ha mostrado firme al mostrar su soberanía. El primer ministro británico ha tenido que subir las escaleras de la Bute House, la residencia de la ministra principal de Escocia, para saludar a Sturgeon porque ésta ha permanecido inalterable en el portal.

Después Johnson ha hecho todo lo posible para entrar último en el edificio, pero la primera ministra no ha accedido a ello, y con elegancia ha hecho pasar primero al político inglés. Sturgeon no ha dejado pasar ni una, i Johnson ha acabado saliendo del edificio por la puerta de atrás.

El encuentro se ha celebrado en un momento tenso entre Escocia y el gobierno británico, cuando el ejecutivo escocés está preparando un nuevo referéndum de autodeterminación, y se opone frontalmente al Brexit.

El diario británico The Guardian ha precisado que la visita del primer ministro a Escocia ha sido "gélida".