El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, ha recibido este martes el premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos por la concordia y la cooperación internacional, así como su iniciativa para resolver el conflicto de su país con la vecina Eritrea.

Desde que accedió al poder el año 2018, Ahmed, reanudó las conversaciones de paz con Eritrea, negociando un acuerdo y tomador las fronteras fijadas por una comisión internacional el año 2002, además de ejercer un papel "clave" en otros procesos en la región, según ha informado el Comité Nobel.

Durante la ceremonia de entrega del galardón, el primer ministro etíope ha asegurado que la unidad nacional contra los extremismos para asentar la democracia en su país y ha sentenciado que el acuerdo de paz con Eritrea está "blindado". Abiy también ha declarado que Etiopía tiene que crear una cultura inclusiva y de consenso, basada en los ideales del Medemer, palabra "amárica" -la principal lengua del país- que alude a la convivencia y a la unidad basadas en el amor y el perdón.

"Querría llamar a todos mis compañeros etíopes a unir sus manos y a ayudar a construir un país que ofrezca justicia, derechos y oportunidades iguales para todos sus ciudadanos," ha dicho durante su discurso el primer ministro, que ha hablado de neutralizar a los "evangelistas del odio" que "causan estragos" a través de las redes sociales.

El mandatario etíope ha elogiado las "históricas" inversiones en paz durante los cerca de dos años que lleva de mandato para conseguir la liberación de "todos" los prisioneros políticos, el cierre de centros de tortura, la libertad de prensa y haber establecido las bases para una "genuina democracia multipartidista", que en unos meses tendría que plasmarse en elecciones.

Mensaje en Eritrea

Buena parte de su discurso ha sido centrada en el acuerdo de paz con Eritrea, que ha cerrado un conflicto de décadas, y ha incluido varios guiños al presidente del vecino país, Isaias Afwerki, llamándolo "socio" y "camarada de la paz" la "voluntad de la cual, confianza y compromiso" fueron vitales para acabar con un "punto muerto" de dos décadas después de la guerra.

Abiy, que ha aceptado el premio en nombre de los etíopes, eritreos y de Afwerki, ha asegurado que poner fin al conflicto fue una de sus prioridades desde que se convirtió en primer ministro. "Creía que la paz entre Etiopía y Eritrea estaba al alcance, estaba convencido que el muro imaginario que separaba en nuestros países desde hacía demasiado tiempo tenía que ser derrocado y, en su lugar, había que erigir un puente de amistad, colaboración y buena voluntad", ha afirmado.

El Konserthus de Estocolmo, en Suecia, acogerá esta misma tarde la ceremonia para el resto de los premios Nobel.