Varios estudiosos del Tirol del Sur, bajo administración italiana desde el fin de la I Guerra Mundial cuando se hundió el imperio austro-húngaro, han presentado el libro blanco de la independencia sur-tirolesa, que es el primer trabajo de estas características que se elabora en esta zona. Según informa el diario Der Vinschger, en el estudio han participado sur-tiloreses que asistieron como observadores al referéndum del 1-O en Catalunya y también al referéndum del 2014 en Escocia.

El libro blanco, que lleva por título Puede haber un Estado sur-tirolés, es obra de los estudiosos Harald Mair, Marco Manfrini y Sigmund Kripp, y tiene 300 páginas. Según Mair, durante los referéndums de Escocia y de Catalunya apareció la idea de publicar un libro blanco para el Tirol del Sur, que explicara todos los temas y respondiera a las preguntas sobre la independencia para la ciudadanía en general, de una manera sencilla y comprensible.

Tirol del Sud Google Maps
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El volumen explica cómo tendría que ser la escuela y la educación, las finanzas y la economía, los asuntos sociales y la salud, el tráfico y la movilidad, el medio ambiente, la energía, la seguridad, y la Justicia, entre otros temas. El volumen consta de 10 bloques temáticos y 40 capítulos con preguntas y respuestas, y presenta el marco histórico, jurídico y político, así como las oportunidades y los riesgos que tendría un estado independiente del Tirol del Sur.

Los autores del estudio han tenido el apoyo de un consejo técnico asesor con expertos de Alemania y de otros países. Uno de los problemas que tratan es que en el Tirol del Sur existen varios territorios con lengua propia: alemán sur-tirolés (69,4%), el italiano (26,3%) y retorromano ladino (4,3%). Mair, Manfrini y Kripp consideran que un Tirol del Sur independiente solo se puede contemplar como un proyecto conjunto de los diferentes grupos lingüísticos, y no solo como un proyecto germánico, que quedaría demasiado reducido.

Hasta al fin de la I Guerra Mundial, el Tirol del Sur formaba parte del resto del Tirol, que actualmente es uno de los Estados de Austria. Desde el paso del territorio a Italia, a través del tratado de Saint Germain-en-Laye, Roma siempre ha querido italianizar la región, un fenómeno que se intensificó durante la dictadura de Mussolini. El dictador promovió la inmigración de italianos, impuso la enseñanza monolingüe en italiano, y prohibió la rotulación en alemán y las publicaciones en el idioma de Lutero. En la localidad de Montan, al pie de los Alpes, está la tumba de Ettore Tolomei, que algunos conocen como "el sepulturero del Tirol del Sud". Tolomei fue un ferviente fascista italiano de los años 20 que prohibió el alemán e italianizó los topónimos germánicos. Cuando murió pidió ser enterrado mirando hacia el norte, para "poder ver cuándo los últimos tiroleses se marcharan a Austria".

La traición de Hitler

 

Curiosamente cuando Hitler llegó al poder en Alemania y se anexionó Austria, no hizo nada para recuperar a los sur-tiroleses, aunque también eran germánicos, para no enemistarse con Mussolini. Hitler y Mussolini incluso acordaron en 1939 una sustitución cultural, y propusieron a la población germánica una elección: o bien emigrar hacia Alemania y sus territorios conquistados, o quedarse en Italia y aceptar una italianización total. La derrota de Alemania e Italia a la Segunda Guerra Mundial impidió que el proyecto se llegara a completar, y con el tratado Karl Gruber-Alcide De Gasperi (1946) se volvieron a dar derechos a los germanos.