"He dado la orden a los órganos de la policía y el Ejército de disparar a matar sin previo aviso para sofocar los disturbios", así lo ha dicho el presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev. En un discurso a la nación este viernes, Tokayev ha anunciado que ha dado orden de "disparar a matar", además ha calificado a los manifestantes de criminales y se ha negado a mantener ningún tipo de diálogo para apaciguar las protestas.

Después de que Rusia enviara tropas a petición de Kazajistán, el presidente del país ha asegurado que "la orden constitucional se ha restaurado en prácticamente todas las regiones", pero ha avisado que las fuerzas de seguridad seguirán actuando "hasta que los militantes sean completamente destruidos". Tokayev ha agradecido la ayuda del presidente ruso Vladimir Putin.

"La operación anterrorista continúa"

El presidente ha señalado que "los terroristas siguen destruyendo la propiedad estatal y privada" y "utilizan sus armas en contra de los cuidadanos". "Los combatientes no han depuesto las armas, siguen cometiendo crímenes o se preparan para cometer nuevos. Hay que llevar la lucha en contra de ellos hasta el final. Los que no se rindan serán eliminados", ha advertido.

Según Tokáyev, las acciones de los manifestantes "mostraron la existencia de un plan preciso contra las instalaciones militares, administrativas y sociales", a más de "una coordinación precisa de sus acciones, una alta preparación militar y una crueldad animal". Además ha añadido que "dentro de los combatientes actuaron especialistas preparados para llevar a cabo sabotajes ideológicos".

Preocupación de la UE

Las protestas en Kazajistán empezaron el fin de semana pasado por el aumento del precio del gas de los coches y han derivado en una revuelta contra el régimen de Tokayev y el expresidente Nursultan Nazarbayev, que dimitió en el 2019, pero que se ha mantenido en el poder en la sombra.

Con el fin de parar los disturbios, las fuerzas de seguridad han matado decenas de manifestantes en la principal ciudad del país, Almaty. La exrepública soviética pidió ayuda a Rusia a través de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (OTSC), equiparable a la OTAN. Según un comunicado del OTSC, las "tropas para el mantenimiento de la paz" se han desplegado en Kazajistán para "estabilizar la situación" y garantizar la "protección" de infraestructuras críticas como el aeropuerto.

La Unión Europea ve con preocupación la intervención rusa y asegura que está dispuesta a ayudar para "afrontar esta crisis". "La asistencia militar externa trae recuerdos de situaciones que hay que evitar", avisó el jueves al Alto Representante de la UE, Josep Borrell, que pidió respeto por los derechos de los civiles.

Imagen principal: despliegue de las fuerzas de seguridad durante las protestas en Almaty / Europa Press