Este lunes el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha hecho una viaje sorpresa a Kyiv para mostrar su apoyo a Ucrania. Un viaje que no se ha celebrado en una fecha escogida al azar, sino que en cuatro días, el 24 de febrero, hará un año que empezó la guerra. El viaje, en el que Biden se ha reunido con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, no constaba en las agendas oficiales y ha cogido a todo el mundo por sorpresa, pero, sin embargo, esta visita se ha preparado en secreto durante meses para evitar imprevistos y poder ultimar un dispositivo de seguridad efectivo por proteger a Biden.

Así lo han explicado este lunes algunos asesores de Biden, entre ellos el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, quien ha formado parte de la pequeña comitiva que ha acompañado al presidente. Sullivan ha explicado que Washington envió una notificación a Moscú sobre el viaje de Biden a Kyiv solo unas horas antes de que su avión saliera de la base aérea de Andrews (Maryland), en las afueras de Washington, y también ha explicado que el objetivo del mensaje era evitar cualquier accidente que pudiera escalar el conflicto.

Al ser preguntado por la prensa, el asesor ha rechazado revelar el contenido del mensaje enviado al Kremlin por la "naturaleza sensible" de este tipo de comunicaciones con Rusia. La visita de Biden no se ha dado a conocer hasta que estaba en curso y se ha mantenido en secreto durante meses por motivos de seguridad. No obstante, el viaje no ha estado en ningún caso improvisado y ha sido "meticulosamente planeado" durante meses, ha revelado Jonathan Finer, el "número dos" de Sullivan en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, el órgano encargado de la política exterior estadounidense.

Según Finer, por motivos de seguridad, en la planificación del viaje solo han sido involucrados un pequeño grupo de asesores de la Casa Blanca, del Pentágono y del Servicio Secreto, además de algunos miembros de los servicios de inteligencia que tenía como misión velar por la seguridad del presidente en Kyiv. Todos estos asesores han diseñado con cuidado cada una de las etapas del viaje, incluido como Biden llegaría a la capital ucraniana, y han trazado también otros planes alternativos por si surgía algún tipo de problema cuando el presidente estuviera sobre el terreno.

La decisión final ha sido de Biden

Biden fue quienes el viernes tomaron la decisión final de ir a Kyiv al considerar que había riesgos, pero que eran aceptables. El presidente llegó a esta conclusión después de una extensa reunión el viernes en el Despacho Oval de la Casa Blanca con sus asesores y con miembros de su gabinete, algunos de los cuales participaron por teléfono, ha explicado este lunes Finer. Logísticamente, el viaje ha sido especialmente complicado porque los presidentes de los EE.UU. no suelen visitar zonas de guerra y cuando lo hacen, como hicieron en los últimos años al Iraq o Afganistán, acostumbra a haber tropas estadounidenses sobre el terreno para crear un dispositivo de seguridad sin tener que movilizar soldados desde los Estados Unidos.

No obstante, los Estados Unidos no tiene tropas en Ucrania y, por eso, el viaje ha requerido mucha más planificación, como ha explicado la directora de comunicaciones de la Casa Blanca, Kate Bedingfield. "Esta visita, la de un presidente de los EE.UU. a una zona donde hay una guerra, está histórica y no tiene precedentes", ha afirmado. A pesar de los riesgos, Biden ha decidido acudir a Ucrania para mostrar su compromiso con el país, justo cuando quedan cuatro días para que se cumpla el aniversario de la invasión rusa que empezó el 24 de febrero de 2022. Durante su visita, el presidente de los EE.UU. se ha reunido con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, y ha anunciado 500 millones de dólares en ayuda adicional a Ucrania.