Portadas: Contorsiones para unir la invasión de Ucrania y el Día de la Mujer

Tres diarios han decorado de color violeta, púrpura, morado o lila las portadas de este martes, Día de las Mujeres. Todos editados en Barcelona. Son, de más a menos intensidad y extensión en la intención y el ornamento, El Periódico, Ara y El Punt Avui. El diario de Prensa Ibérica se contorsiona peligrosamente para atar el día con la invasión de Ucrania. Resulta una especie de estampa piadosa que canta el estilo de mujer menos popular en el feminismo militante: la que se dedica a las curas. Sobre la foto de una refugiada ucraniana y su hijo o hijos señorea el título de resonancias tolstoianas —"En la guerra y en la paz"— mientras que por debajo se lee "#sin igualdad no hay futuro", con ese sostenido, símbolo que se usa en redes sociales para marcar el hashtag o palabra clave. Es fácil de imaginar la discusión entre portadistas sobre si había que escribir la jaculatoria con o sin el signo # y, en caso afirmativo, con o sin espacios entre palabras. Porque en redes, las palabras del hashtag van sin espacios para que sean un solo concepto de búsqueda. Si no, queda el hashtag #sin, falto de sentido. Ahora bien, si escribes en la portada #sinigualdadnohayfuturo o #SinIgualdadNoHayFuturo, es difícil de leer y de entender, todo lo contrario de lo que debe ser una portada. Total, que han escogido la mezcla. En un subtítulo, el diario explica que "se han volcado al Día Internacional de la Mujer con una edición especial marcada por la invasión de Ucrania", como queriendo decir que hoy querían hacer un diario súper-aliado pero el aguafiestas de Putin no se loo permite.

Ara ha hecho lo mismo sin complicarse la vida. "Mujeres en guerra", titula. Es un título que se cae de maduro en un día como hoy. Cuanto más sencillo, mejor. Mira que es reconsagrado el arte del titular. La foto no dice de dónde es, pero se supone que es una mujer ucraniana que hace el símbolo del corazón con el índice y el pulgar de una mano y sus homónimos de la otra. El Punt Avui, en cambio, no está para cuentos y separa ambos asuntos. La guerra va por encima de la página y el Día de las Mujeres por debajo, bien separados uno y otro por un filete lila. La Vanguardia no usa el color violeta ni hace el cóctel guerra+mujeres. O no directamente, porque mientras la cuestión feminista se promueve en una faja debajo de la cabecera —quieren decir que no se quitan el tema de encima— el título principal es por la agresión militar en Ucrania peeeeero (guiño) con la foto de dos mujeres casi adolescentes con el fusil kalashnikov en un centro de instrucción militar en las afueras de Lviv, al Oeste del país, cerca de Polonia. Era una fotografía que habría sido útil a El Periódico si hubiera querido remarcar "la guerra" y no "la paz" de su título. También Ara, que ha hecho la misma operación gráfica de titular por la guerra pero escoger la foto de una mujer desarmada en un gesto pacífico. ¿Qué nos dice el hecho de que La Vanguardia elija una foto de dos mujeres armadas y los otros tres diarios de Barcelona, no? ¿Que su portada refleja valores más machirulos? ¿Que quiere asimilar a las mujeres a los valores agresivos, irascibles y belicosos de los hombres? ¿Que los otros diarios tienen una actitud más femenina? Tema para discutir hoy.

En la prensa de Madrid, el Día de las Mujeres pasa casi desapercibido. Se puede suponer, con un poco de osadía, que deben estar felices de que la situación mundial les de excusa para seguir la tarea de blanqueo del rey emérito Juan Carlos I. El momento es oportunísimo. Al mismo tiempo que la guerra se encabrona, se celebra la festividad feminista. Ninguno de los cuatro diarios no hace ningún esfuerzo por destacar el caso Juan Carlos ni, menos aun, ponerse en plan malvado e insinuar, por ejemplo, que da la impresión de una negociación donde el emérito acepta no volver a vivir en España a cambio que le limpien el expediente. Como sabe todo el mundo, este trapicheo no lo aceptaría el exmonarca ni menos aun el Estado español, solo faltaría. Sólo ABC lleva la cosa a toda portada, con una foto de cuando Juan Carlos todavía podía hacer daño. El fanatismo o el despiste monárquicos del diario no les deja entender ni darse cuenta de que el mal de la Casa Real no quiere ruido.

EPC