La amenaza nuclear ha sido la principal razón por la que Israel ha decidido lanzar esta madrugada un ataque "preventivo y preciso" contra Irán. La operación denominada León Ascendente ha sido dirigida contra el programa nuclear iraní después de que Israel llegara al convencimiento de que la República Islámica disponía de bastante uranio enriquecido para construir 15 bombas nucleares y que el peligro era inminente y requería una acción preventiva. El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Eyal Zamir, ha calificado la operación como "crucial para prevenir una amenaza existencial" y afirmó que Israel se encuentra en un "punto de no retorno", donde no puede permitirse esperar más para actuar, mientras que el primer ministro Benjamin Netanyahu ha justificado el ataque por el objetivo de impedir que Irán consiga fabricar armas atómicas, algo que, según sus estimaciones, podría conseguir "en menos de un año", y ha dejado claro que la operación "continuará mientras sea necesario".

Ataques a instalaciones y científicos nucleares

La supervivencia del estado de Israel está en juego, y el gobierno hebreo ha dejado muy claro con este ataque que llegará hasta donde haga falta para defenderla. De momento, ha asestado un primer golpe con una gran ofensiva contra las instalaciones nucleares, militares, bases de misiles y altos cargos de la República Islámica. "Hemos atacado el núcleo del programa de armamento nuclear de Irán. Atacamos la principal instalación de enriquecimiento de Irán en Natanz. Hemos atacado a los principales científicos nucleares del Irán que trabajaban en la bomba iraní. También atacamos el núcleo del programa de misiles balísticos de Irán", ha informado Netanyahu en un vídeo dirigido a la ciudadanía.

Israel considera que un Irán con armas nucleares alteraría el equilibrio estratégico de Oriente Medio y supondría un peligro inaceptable para su supervivencia nacional. El arsenal de misiles balísticos iraníes y la colaboración de Irán con grupos armados regionales (como los hutíes en el Yemen y Hezbollah en el Líbano) representan una amenaza directa y existencial para su seguridad. La posibilidad de que Irán transfiera tecnología nuclear o misiles a estos grupos hostiles en la región agrava la percepción de riesgo. Por eso, Israel afirma que no tenía más remedio que atacar a Irán y ha añadido que había reunido información de que Teherán se estaba acercando al "punto de no retorno" en su investigación para conseguir finalmente un arma nuclear. "Las armas de destrucción masiva en manos de un régimen cuyo objetivo declarado es destruir el Estado de Israel representan una amenaza existencial para nosotros y un peligro significativo para el mundo entero", ha asegurado el estado judío.

El gobierno hebreo, destaca el diario The Times of Israel, no descarta que el conflicto se prolongue durante días mientras prepara a la ciudadanía para las represalias. El teniente general Eyal Zamir, ha dicho que el ejército "estaba movilizando a decenas de miles de soldados y preparándose en todas las fronteras". "Pueblo de Israel, no puedo prometer un éxito absoluto. El régimen iraní intentará atacarnos a modo de respuesta. El coste previsto será diferente al que estamos acostumbrados", ha reconocido, pero ha enfatizado: "Hace mucho tiempo que preparamos esta operación".

Décadas de presión diplomática en Irán

El régimen iraní hace décadas que trabaja para obtener un arma nuclear y convertirse en el décimo país que dispone de este armamento, después de Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel. El mundo ha intentado detener las ambiciones iraníes por todas las vías diplomáticas y el Consejo de Seguridad de la ONU también ha aprobado varias resoluciones exigiendo a Irán que detuviera el enriquecimiento de uranio con finalidades de proliferación nuclear, acompañadas de sanciones internacionales progresivas para presionar a Irán para cumplir con sus obligaciones. Pero ni las sanciones, ni los acuerdos multilaterales, ni la presión diplomática y la supervisión técnica y los controles para impedir el avance del programa nuclear iraní han hecho desistir el régimen de Teherán.

Las negociaciones de EE.UU. e Irán

Tampoco lo ha hecho la intervención directa de Estados Unidos, que desde el pasado mes de abril ha mantenido varias rondas de negociaciones para limitar el programa nuclear iraní y evitar que la República Islámica desarrollara armas atómicas. La sexta ronda de estas negociaciones, con la intermediación de Omán, está programada para el domingo 15 de junio en Mascate. La administración Trump exige a Irán que detenga completamente el enriquecimiento de uranio y que renuncie a la capacidad de producir combustible nuclear apto para armas. Además, ha propuesto la creación de un consorcio regional supervisado por la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), y con participación de países árabes, para garantizar que el programa nuclear iraní tenga solo finalidades pacíficas. Irán, por su parte, busca que se levanten las sanciones económicas y solo está dispuesto a limitar, pero no eliminar, su capacidad para desarrollar una bomba nuclear. Teherán insiste en su derecho a enriquecer uranio con finalidades civiles y ha rechazado las propuestas que considera ambiguas o que restringen excesivamente su soberanía tecnológica.

Tensión y desconfianza máxima

La tensión y la desconfianza són máximas. Las hostilidades dialécticas aumentaron después de que la OIEA adoptara recientemente una resolución crítica enfrente de las actividades nucleares realizadas por Irán, lo que abre la vía a que la agencia atómica de la ONU presente una denuncia contra la República Islámica en el Consejo de Seguridad. La OIEA critica la falta de transparencia de Irán y la aceleración de su programa de enriquecimiento de uranio, pero Teherán respondió anunciando la construcción de nuevas plantas y la instalación de centrifugadores avanzados.

Irán ha amenazado con atacar bases norteamericanas en Oriente Medio si fracasan las negociaciones y Washington opta por una ofensiva militar. Por su parte, la administración Trump ha reducido personal diplomático en la región y mantiene su política de máxima presión, aunque sigue apostando por una solución diplomática. Los Estados Unidos habían advertido que un ataque militar israelí podría "tirar por los suelos" las posibilidades de conseguir un acuerdo, pero están preparados para defenderse y defender a Israel si Irán intenta tomar represalias.

Una vez el ataque, del que Estados Unidos se han desmarcado totalmente, se ha hecho realidad esta madrugada, el discurso ha cambiado, y Trump ha afirmado en una entrevista en Fox News que "Irán no puede tener una bomba nuclear" y confía que "ahora vuelva a la mesa de negociaciones. Ya veremos, algunas personas de su cúpula ya no volverán", ha añadido el presidente, en referencia a los líderes abatidos durante la oleada de ofensivas en Teherán, el jefe de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general Mohamad Hosein Baqerí y el general Gholam Ali Rashid, responsable de la base aérea Khatam ol-Anbiya.

 

Fotografía principal: instalaciones nucleares de Natanz