Emmanuel Macron, presidente de Francia, tiene muchos frentes abiertos. Mientras los sindicatos se movilizan por todo el país para denunciar su reforma de las pensiones, por otra parte, los grupos en defensa de los derechos humanos y parte de la oposición denuncia su nueva propuesta de ley de cara a los Juegos Olímpicos de París 2024. ¿Qué es lo que tiene esta propuesta de normativa que levanta tanta polvareda? Macron pretende poner en marcha por primera vez cámaras de videovigilancia equipadas con algoritmos de inteligencia artificial (IA), una práctica que los expertos temen que se generalice y acabe siendo un recorte de derechos y libertades permanente.

El gobierno de Macron sostiene que en un macroacontecimiento como serán los Juegos Olímpicos, donde se prevé que se desplacen 13 millones de personas, hay que incluir toda la tecnología para garantizar la seguridad. Concretamente, según publica El País, el artículo 7 de la propuesta recoge: el uso "a título experimental" de algoritmos de inteligencia artificial para analizar imágenes de cámaras de vigilancia y detectar movimientos sospechosos u objetos abandonados. Con estos recursos de la IA, la policía recibiría notificaciones a tiempo real para actuar, según los casos. Si se aprueba la ley, será la primera vez que se autorice el uso de estas IA de forma legal en Francia para garantizar el espacio público.

Aunque desde el Ejecutivo se repite que sería algo puntual y excepcional, las organizaciones de derechos humanos y parte de la oposición consideran que es un riesgo, ya que a menudo las nuevas medidas de seguridad que se imponen en un país de forma temporal se acaban consolidando. En un informe recuerda que países como Brasil, China, el Reino Unido y Japón aprovecharon estas citas para ampliar los poderes de sus fuerzas de seguridad.

¿Qué tienen de peligrosos los sistemas de videovigilancia con IA para los derechos y las libertades?

Últimamente, el discurso mayoritario en torno a la IA ha sido optimista y alejado del impacto que puede tener sobre ciertos derechos y libertades. Sin embargo, los últimos usos de la IA han mostrado que no es la herramienta mesiánica que se presenta, sino que simplemente es una herramienta más que puede ser mal utilizada con terribles consecuencias. Un dictamen francés sobre el uso de este tipo de tecnología ya advertía: "ya no se filma simplemente a las personas, sino que se las analiza de forma automatizada, en tiempo real, para recopilar determinada información".

Además, hay que tener en cuenta que la IA no es ningún tipo de tecnología etérea y objetiva baza en la fría lógica de una computadora. Como cualquier otro programa, ha sido creado por una persona, la cual tiene sus sesgos y prejuicios que vierte en lo mismo. Así pues, sería más fácil elaborar perfiles raciales, por ejemplo. En otras palabras, sería más fácil criminalizar colectivos basándose en los prejuicios, pero envuelto con la frialdad de un algoritmo. También se abre la puerta a una sociedad supervigilada bajo la bandera de la seguridad y se presenta la siguiente pregunta: ¿qué es por seguridad y que por control?

"Esta ley es un caballo de Troya en materia de seguridad", ha denunciado Guy Benarroche, del grupo ecologista. "Con el pretexto de asegurar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, se abre la caja de Pandora", ha añadido Eliane Assassi, del grupo comunista.