Se cumplen todas los pronósticos. El Partido Liberal Democrático (PDL) ha ganado las elecciones parciales parlamentarias en el Japón de este pasado domingo. La jornada electoral ha sido marcada por el reciente asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe, quien se encontraba haciendo campaña para el PDL cuando fue disparado con una escopeta casera. El gobierno actual, en manos del mismo partido de Abe, se decidió a mantener los comicios en pie, a pesar del atentado, y finalmente han salido reforzados de la cita electoral.

El PLD obtuvo 63 escaños a los comicios del domingo en la Cámara Alta del parlamento nacional, más de la mitad de los 125 que estaban en juego, una victoria interpretada como un voto de confianza en la administración del actual primer ministro, Fumio Kishida, en medio de la creciente inflación y la tensa situación geopolítica. Esta ha sido la victoria mayor del partido desde el 2013, una victoria en que la reciente muerte de Abe ha jugado un papel destacado.

Revisando la constitución pacifista

Aunque a menudo quedan en un segundo plano, los crímenes del imperio japonés antes y durante la Segunda Guerra Mundial marcaron la geopolítica de Asia, incluso hoy día, cuando las heridas no afrontadas de la guerra todavía son grandes escollos en las relaciones entre China, Corea del Sur y Japón. Con la derrota del imperio nipón ante los Estados Unidos, el país se reconstruyó y creó una nueva constitución de premisa pacifista y que limitaba la militarización del país, por intervención de los vencedores del conflicto bélico.

Esta constitución pacifista ha perdurado durante una setentena de años hace años que está en el punto de mira de la derecha más reaccionaría de Japón, entre los cuales se encuentra el partido de Abe. El exmandatario era un gran defensor del rearme nipón y uno de los mayores negacionistas de los crímenes de guerra del ejército japonés. Con la nueva victoria del PDL, la constitución pacifista de Japón puede tendré los días contados y una nueva era de militarización se podría abrir paso en el país.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, ha afirmado en su primera comparecencia después de su victoria electoral que hará suyas las manchas inconclusas de Shinzo Abe, una de ellas la enmienda constitucional. Kishida ya seguía la línea más dura de gobierno que marcó Abe, pero el atentado ha sido un nuevo empuje para el actual primer ministro. "El ambiente en Japón y en el mundo "está cambiando rápidamente y hay muchos problemas. (...) Creo que el mismo Abe era quien más lo lamentaba", ha advertido Kishida.