El papa Francio sigue involucrándose en la guerra de Ucrania, contra la cual ha posicionado radicalmente en contra desde la invasión rusa, pero siempre desde la distancia e intentando evitar señalar Vladímir Putin como el único culpable del conflicto, cuando esta ha sido popularmente bautizada como la "guerra de Putin" por muchos presidentes y jefes de estado. Su último gesto ha consistido en saludar durante la audiencia general de este miércoles a varias refugiadas ucranianas que han escapado de la guerra con sus hijos y que han sido acogidas en Italia. En este contexto, Franscisco ha calificado de "monstruosidad" el conflicto bélico. En la actualización de la cifra de refugiados diaria, hoy Acnur ha anunciado que ya se ha superado la barrera de los 4 millones de personas que han tenido que huir de Ucrania.

Una en una, Francesc ha ido saludando a las mujeres de este grupo de refugiadas que han acudido al Vaticano con banderas ucranianas. Estas personas están recibiendo asistencia por parte de la Fundación italiana Aiutiamoli a vivire en colaboración con la embajada ucraniana ante la Santa Sede. En este encuentro, el Papa ha bendecido las fotografías que algunas de las mujeres habían llevado desde Ucrania, donde aparecen sus maridos que han tenido que quedarse para luchar como soldados. En otras ocasiones, también ha bendecido ambulancias que se dirigían hacia Ucrania. Francisco también se ha emocionado con los dibujos que le han entregado los niños acogidos, donde pedían la paz a su país. Ante este gesto, el pontífice ha reconocido que cuando saluda a los niños "vuelvo a pensar en la monstruosidad de la guerra". En la misma línea, ha pedido que se renueven las plegarias para parar "esta crueldad salvaje que es la guerra".

¿El nuevo Pío XII?

Desde hace más de un mes, el Papa se ha ido pronunciando sobre la situación y haciendo llamamientos a la paz en la mayoría de sus intervenciones públicas. Con todo, sin embargo, se ha tenido que enfrentar a algunas voces que lo critican por no haber condenado directamente la invasión de Putin sobre Ucrania y tampoco señalarlo como el culpable de este conflicto. Ni siquiera ha hablado de Rusia como el país agresor en este conflicto. Así, aunque ha ido elevando el tono, ha tildado la situación de "masacre insensata" y "guerra repugnante", el nombre de Vladímir Putin no ha salido de la boca de Francisco.

Aunque desde el Vaticano han ido explicando que los papas nunca condenan jefes religiosos o políticos por intentar ayudar y colaborar en las negociaciones, este estilo de diplomacia no ha convencido en buena parte del mundo de que exige a Francisco que llame a las cosas por su nombre, que, en este caso, es la guerra de Putin. Incluso, desde el The New York Times se ha apuntado el riesgo de que este silencio de Francisco acabe provocando que se le compare con Pío XII, Papa durante la Segunda Guerra Mundial y que "buscó el equilibrio entre los intereses internos y las demandas públicas de hablar, ya que se resistió a las grandes presiones para denunciar a Hitler." Además, este pontífice apostó por un lenguaje genérico sobre el horror de la guerra, muy similar a la que ahora mismo usa Francisco. Si él es Pío XII, Putin sería Hitler, una comparación que también se ha ido repitiendo desde el comienzo de la invasión.

El papel del Papa

Con todo, Francisco ha realizado gestos sin precedentes, como salir de San Pedro para ir personalmente en la embajada de Rusia ante la Santa Sede el día siguiente de la invasión para reclamarle al embajador, mantiene una buena relación con quien, que acabe la guerra. También ha hablado con todo el mundo con quien ha podido, desde el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que siempre le ha agradecido poder conversar con él, y el patriarca de la iglesia ortodoxa rusa, Cirilo I, una de las pocas personas que tiene poder sobre Putin.