Fin de semana intenso y protagonizado por Vladímir Putin y Yevgueni Prigozhin, el jefe del grupo de mercenarios Wagner. La intensidad, sin embargo, continúa. El viernes, la cabeza de Wagner acusó al ejército ruso de haber atacado con misiles a sus mercenarios y prometió castigar a los culpables. Lo que podría haber sido un intento de asalto al Kremlin, un ataque a Putin o bien al ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigú, muy cuestionado, pero avalado por el líder ruso, ha quedado en una rebelión a medias. El sábado se hizo público que el líder del grupo paramilitar se exiliará en Bielorrusia y no será procesado penalmente en Rusia, según informó el Kremlin. Unas informaciones que habrá que esperar un poco para acabar de ver si, por una parte, son reales, y de la otra, en qué posición queda Putin delante de todo. Prigozhin ha liderado la revuelta de su grupo de mercenarios contra el gobierno ruso después de haber sido repetidamente crítico con la estrategia del Ministerio de Defensa en Ucrania. Y, por ahora, ha quedado impune. Este hecho deja más preguntas que respuestas y también algunas afirmaciones claras.

Vladímir Putin: ¿tocado de muerte o más peligroso que nunca?

Las palabras de Putin sonaban "vacías y repetitivas"

"Sobre todo, creo que la rebelión de Prigozhin ilustra la debilidad de Putin y con ella los crecientes cismas al sistema de Putin", destaca en conversación con ElNacional.cat al director del Centro Havighurst de Estudios Rusos y Postsoviéticos de la Universidad de Miami, Stephen Norris. "Unos de los aspectos más interesantes de todo el asunto fue que Prigozhin dijo la verdad sobre la guerra a su vídeo: dijo que no tenía nada que ver con la supuesta guerra de la OTAN, Occidente o Ucrania contra todos los hablantes de ruso; en cambio, ha dicho que la guerra empezó por subyugar en Ucrania y hacer que su régimen político se pareciera al de Moscú".

Además, Norris lo tiene claro. "Putin, a su discurso en la nación, pronunciado el sábado por la mañana, repitió sus mentiras sobre la guerra que iba contra los neonazis y la agresión occidental". En este sentido, sentencia: "Sus palabras sonaron vacías y repetitivas. Las de Prigozhin, a pesar de su cruda fanfarronería, sonaban más veraces".

Se ha especulado también con como de tocada ha quedado la imagen del líder ruso a consecuencia de la rebelión. "Putin parecía débil porque, aparte del discurso, no se lo había visto en ningún sitio. Los rastreadores de vuelos vieron que el avión del presidente voló de Moscú hasta Tver. Aunque el Kremlin lo niega", constata. Por lo tanto, todo parecería indiciar que Putin sí que se marchó de la capital.

"Putin parecía débil"

Está claro, pues, que la rebelión interna que Putin ha catalogado de intento de guerra civil en Rusia ha debilitado la figura del líder ruso. "Putin parecía débil porque Prigozhin y el grupo Wagner fueron importantes gracias a Putin. La rebelión de Prigozhin, como mínimo por lo que podemos decir unos días después de que haya acabado, expone una brecha entre uno de los vasallos de Putin y otro, el ministro de Defensa Shoigú. Otro vasallo, el hombre fuerte de Chechenia Ramzan Kadírov, hizo un llamamiento a parar la marcha de Prigozhin. Como han destacado varios analistas y comentaristas, la rebelión parece sugerir que estos vasallos ahora compitin por una Rusia posterior a Putin. Este podría ser el legado duradero de todo el asunto: una señal de lo que vendrá".

 

 

Imagen principal: el presidente ruso, Vladímir Putin, en una reunión en Moscú / Efe