Noruega ha anunciado esta semana que introducirá nuevas restricciones al acceso de turistas rusos a partir del 29 de mayo, un hecho que impedirá en la práctica su entrada en este país nórdico, excepto algunas excepciones. "Los ciudadanos rusos cuyo propósito es el turismo y otros viajes no esenciales serán expulsados en la frontera. La medida se aplica tanto a los que tienen un visado antes de que las reglas se soportaran en primavera de 2022 y para visados expedidos por otros países de la zona Schengen", constaba en un comunicado.

Como no podría ser de otra manera, Moscú ya ha advertido que tomará medidas de represalia contra la prohibición impuesta por Noruega a los turistas rusos de entrar en el país, según destacaba el portavoz de la presidencia, Dmitri Peskov. Así, ha constatado que el portavoz afirmó que "sin duda, estas decisiones no pueden quedar sin respuesta, para considerarse un paso hostil". "No aceptemos esta decisión y lamentemos que las autoridades noruegas hayan escogido este camino para empeorar nuestras relaciones bilaterales, que últimamente ya no brillan por su calidad," ha soltado Peskov, subrayando que no se trata de una iniciativa de Moscú.

Corea del Norte: el país que se frota las manos

El primer grupo de turistas a quienes se le permitió ingresar en Corea del Norte desde el inicio de la pandemia llegó este invierno, concretamente el pasado mes de febrero. Varios medios internacionales, como la CNN o Voices of America, se hicieron eco de la noticia. Aunque a los rusos se les prohíbe ingresar en la mayoría de los países europeos con finalidad turística, a causa de la invasión de Ucrania, Corea del Norte ha hecho una excepción. Tal como destaca el portal Euronews, los turistas rusos visitan la capital, Pyongyang, y después tenían la opción de ir a esquiar, según informaba Inna Mukhina, directora general de la agencia Vostok Intur, de que organizaba la gira. Corea del Norte necesita abrirse tímidamente, y Rusia necesita salir.

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El mes de octubre pasado, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dijo que recomendaría Corea del Norte como destino de vacaciones para los turistas rusos, destacaba el mismo portal. Muchos de ellos ya tenían entonces dificultades para viajar a Europa y los Estados Unidos a causa de las sanciones aplicadas a Rusia después de su invasión de Ucrania.

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Corea del Norte ha aliviado lentamente las restricciones después de la pandemia con el objetivo de abrir, poco a poco, sus fronteras internacionales como aparte de sus esfuerzos por reactivar su economía devastada por el bloqueo y las persistentes sanciones lideradas por los Estados Unidos. En agosto, el servicio de espionaje de Corea del Sur dijo a los legisladores que la economía de Corea del Norte se contrajo cada año entre el 2020 y el 2022, y que su producto interior bruto el año pasado fue un 12% menor que en el 2016, según destacan desde el mismo portal.

A pesar de la apertura de la frontera, hubo sorpresa, porque la mayoría de los viajes se esperaban que vinieran de China, y no de Rusia. Un hecho que constata la buena relación actual entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo norcoreano, Kim Jong-un. La cooperación entre Moscú y Pyongyang se ha fortalecido en este último año. Corea del Norte suministra armas a Rusia para usar en la guerra en Ucrania, a cambio de tecnología armamentística, acuerdos comerciales y otras concesiones.

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El acuerdo surgió, se cree, después del viaje de Kim a Rusia. Allí tuvieron diferentes reuniones y visitaron diferentes centros. Justo el mes de febrero, las fábricas de municiones de Corea del Norte "están operando a plena capacidad" para producir armas y proyectiles para Rusia, según el ministro de Defensa de Corea del Sur. En este sentido, se confirmaban estos intercambios entre los dos países. Las armas y el equipamiento militar, que incluyen millones de proyectiles de artillería, se entregan a Rusia a cambio de envíos de alimentos y otras necesidades, según ha dicho el ministro de Defensa de Corea del Sur, Shin Won-sik, y recogía la cadena norteamericana CNN.