Nuevo toque de atención de Naciones Unidas a Israel. Como ya venía pasando últimamente, a medida que el Estado judío intensifica sus ataques sobre población civil en la Franja de Gaza, el máximo ente supranacional endurece el discurso y muestra cada vez más abiertamente reproches al gobierno de Benjamin Netanyahu y las acciones del Ejército israelí, aunque sin menciones explícitas y haciendo llamamientos generales a la paz y el alto el fuego. Este miércoles, la oficina de derechos humanos de la ONU, encabezada por el alto comisionado Volker Türk, ha elevado el tono y ha calificado de "crimen de guerra" el bombardeo israelí en el campo de refugiados palestino de Jabalia, que ha dejado al menos 195 víctimas civiles y 777 heridos.

"Dado el elevado número de víctimas civiles y la escala de destrucción después de los ataques aéreos israelíes en el campo de refugiados de Jabalia, nos preocupa seriamente que se trate de ataques desproporcionados que podrían constituir crímenes de guerra", afirma la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas a través de un mensaje en las redes sociales. Por otra parte, el Ejército israelí ha admitido el ataque sobre el campo de refugiados y lo ha justificado argumentando que el objetivo era "eliminar a un alto mando de Hamás" que, dicen, habían identificado en la zona: Ibrahim Biari, comandante del Batallón Central de Jabalia, que aseguran que ha muerto durante el ataque.

Biden aboga por una "pausa" en Gaza

Viendo que el nuevo avivamiento del conflicto palestino-israelí deriva en un genocidio sobre población civil gazatí, en el cual han muerto ya más de 8.500 personas, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, aliados incondicionales de Israel, ha pedido una "pausa" en las acciones de guerra. "Creo que necesitamos una pausa. Una pausa quiere decir tener tiempo para sacar a los prisioneros", ha dicho el líder estadounidense este jueves. De hecho, la Casa Blanca ya había dado antes apoyo a una "pausa humanitaria" para permitir la entrada de ayuda a la Franja y la liberación de los rehenes israelíes en manos de Hamás, durante una intervención del secretario de Estado, Antony Blinken, delante del Consejo de Seguridad de la ONU, aunque no se sumó a la petición de alto el fuego que poco antes había hecho el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres. Tres días después, John Kirby, portavoz de la Casa Blanca, dijo en una rueda de prensa que la Administración estadounidense apoyaría "pausas humanitarias" tanto para la entrada de material en la Franja como para la salida de los retenidos, y aseguró que es una cosa que han tratado con Israel, pero que de momento no tienen nada que anunciar.