Un nuevo terremoto de magnitud 4,9 ha sacudido este lunes el oeste del Afganistán en medio de las operaciones de rescate de víctimas después del seísmo y las consecutivas réplicas que vivió la zona sábado pasado y que ha dejado más de 2.400 muertos y más de 2.000 heridos. El terremoto, de magnitud 4,9 y 10 kilómetros de profundidad, ha estado a 33 kilómetros de la ciudad de Herat, en el oeste de Afganistán, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos.
En la misma zona que el seísmo del sábado
Este nuevo temblor tiene sitio en la misma zona afectada por el terremoto de magnitud 6,3 del pasado sábado, afectando sobre todo al distrito de Zindah Jan, en la provincia de Herat, dónde hasta el momento las autoridades han confirmado más 2.400 muertos y más de 2.000 heridos. Hasta ahora, más de 500 personas continúan desaparecidas, según datos de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
El país se encuentra desbordado ante la catástrofe del pasado sábado, con hospitales saturados y sin recursos suficiente para atender a las víctimas, mientras los vecinos de Zindah Jan se ayudan de sus propias manos para sacar a familiares de entre los escombros con la esperanza de encontrarlos con vida. "La situación no es normal, el miedo se refleja en los rostros de la gente, la gente pasó la noche al aire libre, el hospital se enfrenta a una sobrecarga de heridos y los servicios no son suficientes", ha dicho a EFE Ghulam Yahya, un residente de Herat testimonió del temblor de esta mañana.
Siete temblores
Afganistán sintió en la jornada del sábado al menos siete temblores. El primero y el cuarto, los de mayor magnitud, fueron de 6,3 y se produjeron en el distrito de Zindah Jan, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos. El país asiático se encuentra entre los países más propensos a desastres naturales, al estar situado en la cadena montañesa del Hindu Kush, un punto de gran actividad sísmica y habitual punto de origen de movimientos telúricos en la región. Además, tiene una población muy vulnerable y carece de infraestructuras para hacer frente a inundaciones o terremotos. A finales del año pasado, el país ya sufrió un seísmo de 5,9 grados en las provincias de Paktika y Khost que dejó más de mil muertos y unos 1.500 heridos. El país asiático sufrió también una de las mayores catástrofes causadas por terremotos en 1998 en el norte del país, cuando dos seísmos de magnitud 5,9 y 6 causaron la muerte de unas 4.000 personas. Pocos meses después, otro seísmo de magnitud 7 volvió a sacudir la zona y causó unos 5.000 muertos.