Desde hace unos días las bombas vuelven a caer sobre la capital ucraniana, Kyiv. Después de semanas lejos de la primera línea de fuego, las repetidas derrotas rusas y la destrucción del puente de Crimea por parte de las fuerzas ucranianas han sido un golpe duro para Rusia, que ha respondido con gran violencia. Los bombardeos se repiten desde hace días sobre algunas de las principales ciudades del país y a menudo golpean objetivos civiles. En otras ocasiones, los rusos ponen el punto de mira las instalaciones eléctricas de Ucrania, como en el último ataque a Kyiv y su región. El ataque ruso de este sábado ha puesto en peligro el suministro eléctrico en la zona.

"Hoy, el enemigo ha llevado a cabo otro ataque bárbaro contra la infraestructura crítica. Como resultado, la instalación de infraestructura energética en la región de Kiev sufrió una destrucción severa", ha informado la compañía nacional de energía ucraniana, Ukrenergo. Desde la empresa se trabaja para restaurar la fiabilidad del suministro de energía en Kyiv y la región central". Los ataques en infraestructuras eléctricas se acumulan desde el principio de la invasión, pero ahora, con el invierno, cada vez más cerca preocupan más. A pesar de todo, no se tienen que lamentar muertes en los últimos ataques.

Los avances ucranianos en la región de Jersón

El ejército de Ucrania hace semana que concatena victorias contra los soldados del Kremlin, hecho que ha obligado al ejército ruso a retroceder. Ante esta recuperación constante por parte de Ucrania, las autoridades prorrusas de la región han pedido en Moscú ayuda para evacuar a los civiles de la zona. Los primeros civiles de Jersón que han sido evacuados por el avance ucraniano estarían llegando ya a Rusia. La respuesta del Kremlin ha sido relativamente rápida, ya que el gobernador impuesto por Rusia en la zona pidieron auxilio en Moscú el pasado jueves.

En paralelo, Associated Press ha denunciado que las autoridades rusas están llevando a su territorio niños ucranianos con la voluntad de criarlos como "rusos". La investigación de la agencia destapa que muchos niños ya han sido deportados en territorio ruso. Muchos son de la zona de Mariúpol o el Donbass y han perdido a sus padres por culpa de la guerra. Desde Rusia se defienden estas deportaciones afirmando que son "hijos del Estado". La agencia recuerda a su investigación "alce si tienen padres como si no, criar a los hijos de la guerra en otro país o cultura puede ser un marcador de genocidio, un intento de borrar la identidad misma de una nación enemiga".

Ucrania y los nuevos ataques rusos

Ante los nuevos ataques aéreos rusos que han golpeado duramente la población civil, Ucrania ha aprovechado para pedir más apoyo|soporte militar a sus militares. Los países de la OTAN han decidido redoblar sus esfuerzos por mejorar las defensas antiaéreas de Ucrania y entregarán equipos inhibidores de drones o sistemas de misiles como las cuatro lanzaderas HAWK ofrecidas por España. "La OTAN no es una parte del conflicto. Pero seguiremos apoyando Ucrania durante el tiempo que sea necesario", ha remarcado el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg.