El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha asegurado hoy que la guerra en la Franja de Gaza contra el grupo islamista Hamás continuará "hasta el final", y que no se detendrá ni por el proceso abierto por genocidio contra Israel a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, ni por las amenazas del "eje del mal". Así lo ha afirmado el primer ministro en una declaración televisada en la nación antes que se cumplan mañana los 100 días de la guerra contra Hamás, que empezó el pasado 7 de octubre después del ataque que este grupo islamista llevó a cabo en territorio israelí, donde murieron unas 1.200 personas y otras 250 fueron secuestradas.

Netanyahu se ha referido repetidamente al "eje del mal", donde ha encuadrado a Hamás, la milicia chií libanesa Hezbolá y los hutís de Yemen, grupos apoyados por Irán que en los últimos meses han lanzado numerosos ataques contra Israel. "Estamos en el camino de la victoria y no nos detendremos hasta conseguirla. No hay nada que nos comprometa ni nadie que pueda pararnos", ha afirmado el primer ministro de Israel, quien también ha prometido destinar más presupuesto para financiar la guerra.

En sus declaraciones, Netanyahu se ha referido al proceso por genocidio abierto a la CIJ, a demanda de Sudáfrica, que ha pedido medidas cautelares para un alto el fuego inmediato en la Franja de Gaza, donde ya han muerto más de 23.800 personas en casi 100 días de guerra. "No nos detendremos hasta que no eliminamos para siempre Hamás y devolvemos los secuestrados", ha insistido Netanyahu sobre esta guerra, en que, según ha dicho, no es solo de Israel, sino "de todo el mundo". "Esta es la guerra de los hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas. Eso va contra el eje del mal liderado por Irán, los hutís, Hezbolá y Hamás", ha aseverado Netanyahu, que ha prometido que lo que pasó el 7 de octubre no volverá a ocurrir.

Estados Unidos vuelve a bombardear Yemen, en respuesta al desafío de los rebeldes hutís

Continúa el conflicto ya relativamente extendido en el Oriente Medio. Después de un primer ataque militar a gran escala ayer en una misión conjunta con el Reino Unido, Estados Unidos ha lanzado este sábado un nuevo bombardeo contra los rebeldes houthis de Yemen. Los ataques ejecutados han tenido un menor alcance que los lanzados anteriormente y han estado dirigidos a un radar utilizado por los rebeldes. El ataque ha sido desplegado desde el destructor naval estadounidense USS Carney (DDG 64) y se han utilizado misiles de ataque terrestre Tomahawk. Desde el ejército estadounidense detallan que esta ha sido "una acción de seguimiento contra un objetivo militar específico", diseñada para degradar la capacidad de los houthis para atacar barcos mercantes en el mar Roig, tal como hace semanas que el grupo islamista chií lleva a cabo como represalia por la ofensiva de Israel sobre la Franja de Gaza.