Desde hace semanas la tensión en el mar Rojo está en aumento después de que los rebeldes hutís atacaran varias embarcaciones en respuesta a los ataques de Israel en Gaza. Muchos de los objetivos que han fijado los rebeldes estos días han sido barcos de potencias occidentales, que consideraban relacionados con Israel de una manera u otra. Sin embargo, los que han tomado la iniciativa de responder a estos ataques han sido los Estados Unidos de América, que junto con el Reino Unido han bombardeado el Yemen. Las dos potencias anglosajonas afirman haber atacado campamentos de los rebeldes hutís.

Desde la Casa Blanca se ha confirmado que otros países han dado apoyo a este ataque: Australia, Baréin, Canadá y los Países Bajos. Además, se ha justificado la acción militar apuntando que es la respuesta a los ataques "sin precedentes" de los rebeldes hutís, que este jueves lanzaron un misil balístico con el objetivo de golpear las rutas de navegación del golfo de Adén, una vía estratégica para el transporte del petróleo proveniente del golfo Pérsico. Si bien este ataque no provocó daños en un barco comercial, sí que supuso una escalada de la violencia en las tensiones en el mar Rojo.

"Estos ataques han puesto en peligro al personal norteamericano, los marines civiles y nuestros socios, han puesto en peligro el comercio y amenazado la libertad de navegación", ha apuntado el presidente de los EE.UU., Joe Biden, en un comunicado. La acción no ha convencido a la oposición estadounidense, ya que los republicanos le han reprochado que esta respuesta militar se tendría que haber hecho antes. Hay que recordar que, en apoyo de los palestinos de la Franja de Gaza, los rebeldes chiíes hutís, apoyados por Irán, han estado atacando en el mar Rojo desde el 19 de noviembre embarcaciones que, según dicen, están vinculadas a Israel.

Declaración de guerra

Los participantes en este ataque lo han perpetrado para evitar más tensión en la región, sin embargo, la respuesta que podrían obtener es radicalmente la contraria. Según informa EFE, poco después de que se produjera la primera ronda de bombardeos, el miembro del buró político de los hutís, Ali al Quhom, advirtió a través de las redes sociales que estas acciones han desencadenado una "guerra abierta" entre el movimiento apoyado por Irán y la coalición naval liderada por Estados Unidos.

"La batalla será mayor, y más allá de la imaginación y las expectativas de los estadounidenses y los británicos. Es una guerra abierta", afirmó el responsable insurgente, quien sostuvo que EE. UU. y Reino Unido "se arrepentirán de su agresión". Al Quhom confirmó que los hutís "ahora están respondiendo enérgicamente a los acorazados estadounidenses y británicos en el mar Rojo", donde aseguró que se está desarrollando "una guerra furiosa".

Respuesta de la comunidad internacional

Varios países en todo el mundo se han pronunciado sobre el ataque, algunos como Japón han mostrado su apoyo a las acciones estadounidenses e inglesas, mientras otros más cercanos como Arabia Saudita han hecho un llamamiento a la moderación.

Las respuestas más duras vienen de Irán y Rusia. Por un lado, la República Islámica de Irán, que apoya a los hutís, ha advertido de que los bombardeos de Estados Unidos y Reino Unido contra Yemen alimentan la inseguridad y la inestabilidad en la región. Por otra parte, Rusia pide una reunión urgente del Consejo de Seguridad después del ataque.

Desde el Líbano, la milicia islamista Hezbolá también ha condenado el ataque, reafirmando su posición proiraní.