Benjamin Netanyahu se encuentra acorralado en un dilema político que lo deja contra las cuerdas en el que se juega su futuro político y el de su país. El punto clave son los rehenes que el martes hará dos años que cayeron en manos de Hamás (los veinte que siguen con vida y los 28 que murieron durante su cautiverio), y sobre los que gira el dilema que mantiene en vilo a todo Israel. La devolución de los cautivos juega un papel central en el acuerdo de paz propuesto por Donald Trump, que establece un plazo de 72 horas después de la aceptación de las duras partes para que Hamás entregue a todos los rehenes después de que Israel suspenda las operaciones militares y se establezca una línea de retirada de las FDI en Gaza. Trump, que tiene prisa por poner fin al conflicto y todavía sueña con el Premio Nobel de la Paz, ha puesto el foco en el regreso de los rehenes, que es la clave para la implementación del alto el fuego y la transición hacia un acuerdo de paz duradero en la región. A la presión externa de Estados Unidos y la comunidad internacional, se añade la interna que sufre Netanyahu en Israel, en medio de dos fuegos cruzados, el de las familias de los rehenes y los que exigen acabar con la guerra, que presionan para que el primer ministro los priorice en sus decisiones, y el de los partidos de la ultraderecha de su gobierno que amenazan con la ruptura de la coalición si no se cumple con el objetivo de la aniquilación completa de Hamás.
Pendientes de El Cairo
El mundo estará muy pendiente de lo que ocurrirá a partir de mañana en El Cairo, donde comenzarán las negociaciones para discutir el plan de paz propuesto por Trump. La delegación israelí, encabezada por el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, ya se encuentra en la capital egipcia, donde se reunirán con los mediadores que forman los representantes de Egipto y de Qatar, y los enviados especiales de Estados Unidos, Steve Witkoff y Jared Kushner, yerno del presidente Trump y uno de los principales implicados en la política de Oriente Medio durante el primer mandato del republicano. En las reuniones “se debatirá las condiciones concretas y los detalles del intercambio de todos los rehenes israelíes y los presos palestinos, de acuerdo con la propuesta del presidente norteamericano, Donald Trump”, ha explicado el ministerio de Exteriores egipcio en un comunicado. Estos contactos abordarán las condiciones necesarias en el ámbito humanitario y logístico para llevar a cabo el intercambio previsto en el plan norteamericano.
Wow, Trump ahora está publicando y mostrando las protestas masivas contra Netanyahu en Tel Aviv. Están exigiendo la paz ahora. pic.twitter.com/kj7Z9nyDxU
— Clayton Morris (@ClaytonMorris) October 5, 2025
Mientras tanto, en Israel estas horas previas se viven con una mezcla de esperanza, ansiedad y cautela. Netanyahu ha intentado capitalizar el posible retorno de los rehenes, afirmando que es una consecuencia directa de la estrategia de su gobierno y de la presión militar y diplomática que ha ejercido. En una intervención televisada, el primer ministro dijo que espera anunciar la liberación de todos los rehenes en “los próximos días”, vinculando este logro a la resistencia de su administración ante las presiones internacionales y al hecho de que no cedieron a las exigencias de Hamás durante el conflicto. Durante su intervención televisiva del sábado por la noche, presumió de que ya se han recuperado 207 rehenes y para cargar contra los altos cargos de la oposición que argumentaron que sería imposible recuperar a todos los rehenes sin abandonar completamente Gaza: “Nunca renuncié al resto de los rehenes. Y nunca renuncié al resto de los objetivos de la guerra”, remachó Netanyahu, quien afirmó rotundamente que "Hamás será desarmado" y la Franja "desmilitarizada", y que esto se logrará a través del plan de Trump por la acción militar de Israel: "Se hará a las buenas o a las malas, pero se hará".
Benjamin Netanyahu:
— Vivid.🇮🇱 (@VividProwess) October 5, 2025
"Espero, si Dios quiere, que en los próximos días pueda anunciarles el regreso de todos nuestros rehenes, mientras que las FDI permanecen en lo más profundo de Gaza.
Agradezco al presidente Trump por su firme apoyo.
Hamás será desarmado y la Franja de Gaza será… pic.twitter.com/Cs9DtnZgTr
Trump, la esperanza
Pero los familiares de los rehenes siguen presionando a Netanyahu y miles de personas salieron a las calles de varias ciudades israelíes. En la llamada Plaza de los Rehenes de Tel Aviv se congregaron, como cada sábado, miles de personas para escuchar a los familiares de los 48 rehenes que continúan en el enclave palestino, así como israelíes que fueron liberados por Hamás en una de las dos treguas pactadas en estos dos años. Son personas “cargadas de esperanza” por las últimas noticias que vislumbran un posible retorno próximo de sus seres queridos, y han puesto toda esta esperanza en la persona de Donald Trump, al que consideran el único capaz de presionar a Netanyahu para que haga todo lo posible para hacer lo que no ha conseguido en dos años, el retorno de todos los rehenes.
Protestas masivas en Tel Aviv mientras miles de personas piden el fin de la guerra. pic.twitter.com/yeiCnV7kCH
— Ihab Hassan (@IhabHassane) October 4, 2025
Now in TLV - ALL EYES ON TRUMP.
— Eran Etzion ערן עציון (@eranetzion) October 4, 2025
DON'T LET NETANYAHU
FOOL YOU. pic.twitter.com/96R2KNdk5d
Ante esta presión, Netanyahu ha vuelto a hablar este domingo en una reunión con miembros del derechista Foro Gvura, que representa a las familias de los soldados muertos en acción en Gaza, donde ha insistido en que la prioridad es el regreso de los rehenes. “Hasta que no se cumpla la primera cláusula —la liberación de todos los rehenes, vivos y muertos—, hasta que el último de los rehenes, todos ellos, sea trasladado a territorio israelí, no avanzaremos hacia ninguna otra cláusula, promete Netanyahu, según medios hebreos. “Si Hamás no libera a los rehenes “antes del final del plazo establecido por el presidente Trump”, afirma el primer ministro, Israel volverá a la ofensiva en Gaza “con el pleno apoyo de todos los países implicados. “La presión de Trump está aumentando”, ha dicho en la reunión de 40 minutos celebrada en Jerusalén. “Trump no dudará en esperar más de lo que estaba previsto. Esta vez, está decidido”.
🇺🇸 🇮🇱 Hoy en Tel Aviv.
— Vivid.🇮🇱 (@VividProwess) February 5, 2025
Israel te ama, Presidente Donald Trump. pic.twitter.com/72o72fWsQ1
Pero no todos en el gobierno que lidera Netanyahu consideran que el retorno de los rehenes es lo más importante, porque los miembros de la extrema derecha de su gobierno consideran que acabar con Hamás es más importante que la liberación de los 48 israelíes que siguen, vivos o muertos, secuestrados en la Franja. Los socios más duros, como el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich y el de Seguridad Nacional Itamar Ben-Gvir, han mostrado reticencias ante la propuesta de Trump, que implica concesiones a los palestinos y el desarme de Hamás -pero no su desaparición-, y cierra la puerta tanto a la reocupación de Gaza como a la anexión total de Cisjordania ocupada. El gobierno de coalición de Netanyahu se sostiene en buena parte por los ultranacionalistas y extremistas religiosos, y estos tienen también la presión de los colonos radicales, e insisten en rechazar cualquier avance hacia un Estado palestino, pedir la anexión de Cisjordania y la perpetuación de la ofensiva militar, lo que agrava la fragilidad de la coalición gobernante. El final de la guerra puede hacer colapsar el gobierno y abrir la puerta a elecciones anticipadas en Israel, incluso a principios de 2026, antes de las previstas para octubre de 2026.
Hamás ha manifestado estar dispuesta a iniciar inmediatamente las negociaciones y los intercambios con Israel, pero mantiene reservas sobre la fase posterior del desarme y la gobernanza en Gaza, lo que alimenta la preocupación y la prudencia de los más escépticos, que a pesar de las prisas de Trump, no creen que el fin del conflicto esté tan próximo. En este clima de expectativa, la opinión pública israelí está agotada por la prolongación de una guerra que el martes cumplirá dos años, pero ha aumentado el deseo y la ansiedad de ver regresar a los rehenes, manteniendo la cautela ante los posibles obstáculos que pueden surgir en las negociaciones.