Elon Musk ha anunciado esta semana que su etapa como "empleado especial del gobierno" de Donald Trump, al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), "llega al final". El anuncio, publicado el miércoles en su propia red social, X, se produjo justo un día después de que el magnate expresara abiertamente su "decepción" con el proyecto de reforma fiscal presentado por el presidente norteamericano, una propuesta que considera insuficiente y que, según él, pone en duda el trabajo que ha llevado a cabo durante su mandato al frente del DOGE. Sin embargo, el propietario de Tesla dijo que "en la medida en que mi tiempo programado como empleado especial del gobierno llega al final, me gustaría agradecer al presidente, Donald Trump, por la oportunidad de reducir el gasto público". En el mismo tono, el republicano aseguró que "Elon es fantástico" y que "siempre estará con nosotros, ayudándonos en todo momento". Todo ello no deja claro si el adiós de Musk es definitivo o podría volver a involucrarse en política en el futuro.

Los últimos meses han sido determinantes para entender el distanciamiento de Musk con respecto a Washington. Aunque inicialmente él y Trump mostraban una gran sintonía en el marco del retorno de los republicanos a la Casa Blanca, el vínculo se ha ido erosionando progresivamente. Paralelamente, Musk ha empezado a desvincularse tanto de su rol en la alta política como de las responsabilidades que ejercía al frente del DOGE, muy criticado desde su inicio. Su gestión ha sido marcada por una oleada masiva de despidos y por recortes drásticos en varios ámbitos, incluyendo los programas de ayuda exterior de Estados Unidos (USAID). A este estado de tensión se ha sumado el impacto económico sobre sus intereses empresariales: en abril, Tesla —una de las joyas de su imperio— sufrió una caída de beneficios superior al 71%, una bajada que empujó a Musk a anunciar que limitaría su tarea como asesor del gobierno.

Musk durante un acto electoral de Trump en Nueva York / Europa Press
Musk durante un acto electoral de Trump en Nueva York / Europa Press

El ascenso de Musk a la escena política norteamericana coincidió con un incremento notable de su financiación en campañas republicanas, un hecho que varios analistas han apuntado como clave para explicar su protagonismo creciente. Según The Associated Press, solo en las últimas elecciones, Musk invirtió más de 119 millones de dólares para movilizar al electorado favorable a Trump, mientras que otros informes elevan la cifra total a más de 250 millones. Después del éxito republicano en los comicios presidenciales, se implicó también en procesos electorales estatales, como la elección judicial en Wisconsin, donde dio apoyo al conservador Brad Schimel, aspirando a la Corte Suprema de aquel estado. Esta participación directa en elecciones clave sirvió a Musk para reforzar sus lazos con la órbita trumpista, convirtiéndose en uno de los actores económicos más influyentes del actual ciclo político en Estados Unidos.

El vínculo entre dinero e influencia política, sin embargo, ha llegado a un punto de inflexión. Musk ha afirmado recientemente que planea reducir drásticamente sus aportaciones económicas a campañas electorales. "Si veo una razón para gastar dinero en política, lo haré", ha dicho esta semana durante una intervención telemática al Foro Económico de Qatar, "pero hoy por hoy no la veo". Sus declaraciones coinciden con su retirada del DOGE y refuerzan la sensación de un repliegue temporal de su activismo político.

¿Qué piensa la prensa norteamericana?

Los principales medios norteamericanos coinciden en que la salida de Musk del DOGE no marca necesariamente un final definitivo de su papel en la política de Estados Unidos. La CNN apunta que, a pesar del anuncio de retirada, Musk mantiene vínculos con el entorno republicano y destaca que el DOGE continuará operativo, con figuras de confianza que podrían perpetuar su influencia. NBC News también subraya que esta marcha estaba programada desde el inicio y que su amistad con Trump está intacta, hecho que podría facilitar un futuro retorno. Asimismo, The New York Times dice que, a pesar de los desacuerdos puntuales con Trump sobre el gasto público, Musk todavía no ha cumplido compromisos financieros con la operación política republicana y que su capacidad de influir en política no se puede descartar del todo.

Desde la órbita conservadora, Fox News adopta una visión más entusiasta, resaltando los éxitos del DOGE bajo la dirección de Musk y planteando que su influencia podría continuar, incluso sin un cargo formal. En la misma línea, The Federalist ha destacado las aportaciones de Musk al debate público, especialmente por su compromiso con la libertad de expresión y su crítica al exceso de regulación gubernamental. Este medio ha elogiado su tarea al frente del DOGE, considerándola un intento valiente de racionalizar el gasto público y de desafiar el statu quo burocrático. A pesar de su retirada formal, The Federalist sugiere que la influencia de Musk podría perdurar a través de las estructuras y políticas que impulsó, manteniendo así una presencia relevante en la política norteamericana.

Grok deja la puerta abierta

Grok, la inteligencia artificial propiedad de Elon Musk que forma parte de la red social X, ofrece otra perspectiva sobre la salida del magnate del DOGE y de su rol político. Cuando se le ha preguntado por el futuro de Musk en Washington, Grok ha respondido que su retirada "sugiere un cambio de orientación hacia sus negocios, Tesla y SpaceX, con declaraciones públicas que indican menos implicación política." También destaca que "su impopularidad (60% desfavorable) y un mandato político complicado hacen que un retorno a corto plazo parezca improbable".

Mensaje de Grok en X
Mensaje de Grok en X

Sin embargo, Grok no descarta del todo una reaparición, ya que apunta que "su riqueza, influencia e historial de imprevisibilidad dejan abierta la posibilidad de una nueva implicación, especialmente si es impulsada por intereses empresariales o una nueva causa". Una opinión, en cualquier caso, que hay que leer con perspectiva, teniendo en cuenta el contexto y la influencia de Musk sobre esta inteligencia artificial.